5 julio 2011, 13:25

NO al proyecto de ley de muerte digna

El proyecto de ley de muerte digna aprobado el pasado 10 de junio del 2011 por el Consejo de Ministros, ha provocado las primeras reacciones de la Conferencia Episcopal Española – CEE, y en opinión de los obispos españoles con esta legislación se busca legalizar ciertas omisiones voluntarias que pueden causar la muerte o buscan de modo directo su aceleración.

Sin embargo, este tipo de actuaciones médicas, se están produciendo hace años en nuestro país, y el gobierno lo que pretende con este fraude de ley, es despenalizar estas prácticas, porque el sistema judicial a pesar de las denuncias contra médicos que han practicado eutanasias pasivas y activas ya lleva tiempo sin procesar a nadie aún existiendo pruebas de su comisión.

Por ejemplo el Dr. Antonio Díaz-Prieto Huidobro y el Dr. Juan Carulla Torrent de las ciudades sanitarias de Bellvitge y Vall Hebrón (Barcelona), respectivamente, han practicado eutanasias en el pasado, y no han sido condenados por la justicia en un claro ejercicio de complicidad y transgresión del código penal vigente, es decir, no se ha actuado de oficio ante las denuncias y pruebas presentadas cuando José María Mena era el fiscal jefe del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña.

El Dr. Juan Monés Xiol durante años Presidente de la Comisión Deontológica del Colegio Médicos de Barcelona, ha declarado públicamente su postura de no realizar transfusiones de sangre si es por voluntad del enfermo, cuando el código de deontología de ética médica obliga a los profesionales sanitarios a no omitir este tipo de intervenciones. El comité de bioética de la Generalitat de Cataluña, o parlamentarios catalanes en funciones, han recomendado y reclamado el amparo legal de la práctica del suicidio asistido por petición del paciente, cuando esto se trataría de un asesinato.

En la Iglesia existen críticos con la postura oficial del Vaticano, como han sido Miguel Martín, en calidad de Director de la Revista “Labor Hospitalaria” de la Obra de San Juan de Dios, o el P. Francisco Abel, como Presidente del Instituto Borja de Bioética de la Compañía de Jesús, este último incluso ha mostrado su apoyo en la opinión pública con respecto a la despenalización de la eutanasia pasiva en connivencia con medios de comunicación eclesiales que también han difundido homilías pastorales del Cardenal Antonio Cañizares, cuando era obispo y primado de España, que justificaba que la eutanasia pasiva no era moralmente rechazable, siendo en realidad un homicidio terapéutico por omisión condenado por el magisterio pontificio y el Santo Padre.

Existen muchos más casos que documentan que la ley de muerte digna no es más que un eufemismo legal para no penalizar las prácticas eutanásicas directas e indirectas por acción u omisión, o por activa y pasiva.

Para más información :

Karol Wojtyla : un incansable luchador contra la eutanasia. Páginas inmortales de la historia en la vida y obra de Juan Pablo II.

El crimen de la eutanasia y el suicidio asistido en Cataluña. La situación de la sanidad pública y las instituciones oficiales del estado español.

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