16 septiembre 2012, 13:45

Los transgénicos y la doble moral de las multinacionales.

El caso más conocido es el de los agricultores hindúes que se han endeudado a causa de los altos costes de las plantaciones transgénicas.

La asfixia económica que sufren los agricultores de la India a causa de la venta por la multinacional MONSANTO de semillas modificadas genéticamente que necesitan de sus mismos compuestos químicos para el tratamiento de las cosechas, ha provocado una oleada de suicidios ante la ruina de muchas familias que dependían del campo para su supervivencia.

El análisis superficial de la Academia Pontificia de las Ciencias que se ha pronunciado sobre los transgénicos no contempla las graves consecuencias de su comercialización a gran escala, es por esta razón, que sin profundizar en las repercusiones que ha conllevado su distribución en poblaciones autóctonas que dependían totalmente de su producción, ha hecho unas manifestaciones con ligereza sin sopesar sus implicaciones socioeconómicas en los mercados vírgenes de los países en desarrollo.

En zonas en las que se ha implementado este tipo de agricultura transgénica los costes derivados se han incrementado exponencialmente en relación a los cultivos tradicionales. La corporación MONSANTO controlada por la Fundación Rockefeller conocida por las abultadas sumas de dinero que ha destinado para desarrollar políticas antinatalistas en el tercer mundo, es la causante de la miseria social en la que se hallan sumidas muchas poblaciones rurales hindúes.

El informe de la NYU – New York University School of Law for Human Rights and Global Justice : “EVERY THIRTY MINUTES FARMER SUICIDES, HUMAN RIGHTS, AND THE AGRARIAN CRISIS IN INDIA”; aporta datos estremecedores sobre la situación. A modo indicativo la tasa de suicidio entre los campesinos del algodón en India aumentó de forma alarmante desde la introducción en 2002 de los productos MONSANTO en este sector agricola que es el más afectado, y apunta que solamente en 2009 fueron 17.638 agricultores que se suicidaron. Por esta razón, sus conclusiones abordan la cuestión de los organismos genéticamente modificados señalando que a causa del sobreprecio quienes estaban acostumbrados a los cultivos tradicionales acabaron por perder la cosecha porque no pudieron hacer frente a los grandes gastos de la nueva explotación de transgénicos, llevándolos a suicidarse ante la desesperación por no poder sacar adelante a sus familias, con el hecho significativo y añadido de que la causa de su muerte en muchos casos fue por ingerir el mismo insecticida que la multinacional les vendió.

Los transgénicos han arruinado la vida de muchas familias, cuestión que ha obviado la Academia Pontificia de las Ciencias al emitir un dictamen favorable que no contempla a los más desfavorecidos por las políticas despiadadas y la doble moral de las multinacionales que alaban las bondades de este cultivo mientras los comercializan en los países pobres, a título de ejemplo con la compra de 100 gramos de algodón BT MONSANTO la cosecha puede llegar a fracasar dos veces, lo suficiente para conducir a la ruina económica. La India con una mayoría de la población dedicada a la agricultura en un país con más de mil millones de habitantes los transgénicos han irrumpido destrozando su agricultura tradicional y sostenible.

Continuación …

Nota de autor.

José María Amenós Vidal (docencia e investigación desde 1984)*.

Licenciado en Filosofía y Ciencias de la Educación, Psicólogo Clínico y Social. Director de Seminarios en la Facultad de Psicología y Postgraduado en Intervención Ambiental por la Universidad Central de Barcelona. Investigador de la CIRIT – Comissió Interdepartamental de Recerca i Innovació Tecnològica de la Generalitat de Cataluña y del Laboratorio de Sociología del ICESB – Instituto Católico de Estudios Sociales de Barcelona. Máster en Gestión del Medio Ambiente por el INIEC – Instituto de Investigaciones Ecológicas de Málaga y Técnico en proyectos e instalaciones de energía solar térmica y fotovoltaica por CENSOLAR – Centro de Estudios de la Energía Solar de Sevilla (España).

* Miembro núm. 23 de la candidatura por el MEC – Movimiento Ecologista de Cataluña para las elecciones generales de 1986.

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