22 octubre 2012, 15:20

Madrinas por la Vida.

Marta Grego de Vaeza. Orientadora Familiar por la Universidad de Navarra y Sexóloga por la Pontificia Universidad de Valencia (España). Logoterapeuta por el Instituto de Logoterapia de Uruguay.

Introducción.

La República Oriental del Uruguay es un pequeño país, con unos tres millones doscientos mil habitantes y con una tasa de natalidad cero. Es un país de América del Sur que está envejeciendo paulatinamente y que disminuye cada vez más su población joven.

Según los parámetros internacionales una población estaría envejecida cuando más del 50 % de su población tiene sesenta y cinco años o más. En España la población mayor de sesenta y cinco años alcanza aproximadamente el 17 % del total, y en Uruguay es del 13 %.

Se dan tres factores que explican este fenómeno:

1. La reducción de la natalidad.
2. La disminución de la tasa de fecundidad.
3. El fenómeno migratorio.

En el Uruguay no existe una auténtica política de desarrollo social. La mayor parte de la población está ubicada en la capital, Montevideo, mientras que el interior del país se encuentra casi vacío y despoblado. El cinturón de la pobreza se extiende, cada vez más, alrededor de la capital.

En esas zonas marginadas es donde todavía nacen niños, que mantienen hoy en día viva a la población. Estas personas carecen de cualquier clase de ayuda: no tienen vivienda digna, no tienen trabajo, no cuentan con educación. En vez de apoyar a estas familias que son el futuro de los jóvenes uruguayos, por el contrario se las abandona.

Las políticas de salud sexual y reproductivas que existen en nuestro país, no conceden valor a la natalidad, sino que por el contrario la consideran un problema a evitar. Se nos trata de ignorantes e irresponsables por seguir teniendo hijos.

El Ministerio de Salud Pública (MSP), ha comenzado una campaña al igual que en la mayoría de los países de América Latina, que se muestra como una manera de “ayudar” a la mujer, y que se ha convertido en un arma de doble filo para ella y su maternidad. Se realizan talleres para prevenir los embarazos, se las esteriliza muchas veces sin el consentimiento ni el conocimiento de ellas mismas, y cada día aumentan la variedad de medidas contra la concepción.

El MSP junto con los laboratorios, ofrecen un teléfono gratuito para asesorar a los jóvenes en la utilización de dichas medidas, sin el consentimiento ni el conocimiento de los padres.

Unido a esta posición respecto a la salud, también desde el Ministerio de Educación se sigue el mismo camino. Se ha querido introducir en la enseñanza textos que pretenden inculcar una educación sexual carente de valores, que por lo tanto atenta a la dignidad de la persona. Esta educación sexual, no educa, sino que incentiva todo lo contrario a muy temprana edad. Se les da toda clase de información para prevenir embarazos, pero no se les educa en los verdaderos valores como la responsabilidad y la castidad. Cada día hay más adolescentes embarazadas, más abortos, más enfermedades venéreas; pero lo que es peor, más falta de sentido de la vida.

El psiquiatra Víctor Frankl señala que hay una gran manipulación para los jóvenes, por lo que otra vez se impone reflexionar si queremos evitar el vacío existencial y la falta de sentido que lamenta el autor: “La sexualidad está entrando, en gran medida en un vacío existencial. Actualmente, nos hallamos ante una inflación que va de la mano con una devaluación en la misma medida que se deshumaniza. Pues la sexualidad humana es más que mera sexualidad en la medida en que es vehículo en el plano humano de relaciones personales”. (1)

Se incentiva al joven a ser activo cada vez a más temprana edad. No conformes con inculcar esta mentalidad en los liceos, ahora quieren desde el gobierno enseñar educación sexual a partir de la edad preescolar. No hace falta hacer un estudio profundo de estos hechos para darnos cuenta que “el remedio es el que crea la enfermedad.” La prevención exenta de valores no logra su cometido.

El autor López Quintas señala: “No basta conocer ciertos datos de Biología y Psicología. Hay que formar la personalidad entera en orden a la adopción de una actitud generosa y fecundamente creadora. No formar para el amor, deforma. Lanza por una vía contraria al auténtico amor.” (2)

Completando este panorama de “educación y salud sexual” se quiere en el Uruguay despenalizar el aborto. Ya se votó afirmativamente en la cámara de diputados y ahora falta la cámara de senadores. No se debería permitir abortar y pretenden lograrlo con el sólo consentimiento de la mujer hasta las doce semanas de gestación.

Frente a esta realidad que atenta contra la vida del no nacido, en un país como el Uruguay, pequeño y vacío, “Madrinas por la Vida” empieza a trabajar apostando a construir la civilización de la vida que ha anunciado Juan Pablo II.

En “Iglesia en América”, Juan Pablo II denuncia esta cultura de la muerte y la sociedad dominada por los poderosos:”Hoy en América, como en otras partes del mundo, parece perfilarse un modelo de sociedad en la que dominan los poderosos, marginando e incluso eliminando a los más débiles. Pienso ahora en los niños no nacidos, victimas indefensas del aborto. Semejante modelo de sociedad se caracteriza por la cultura de la muerte y por lo tanto en contraste con el mensaje evangélico”. (3)

Cómo nació “Madrinas por la Vida”.

“Madrinas por la Vida” nació a los pies de la Virgen de Guadalupe en México. Concurrí junto a mi esposo a lo que se llama “El Llamado Guadalupano”.

El Pontificio Consejo de la Familia convocó a todos aquellos que trabajamos por la defensa de la vida. El Cardenal López Trujillo nos habló de la urgencia de hacer algo concreto a favor de la civilización de la vida.

Allí frente a la guadalupana, protectora de los niños por nacer, nació nuestro compromiso. Al volver a Montevideo empezamos una larga recorrida por el Ministerio de Salud Pública y por el de Educación explicando nuestro proyecto. Pero no hubo respuesta.

Durante un tiempo busqué ayuda, ya que no tenía los medios económicos necesarios para contar con una casa de acogida donde recibir a las madres en riesgo de aborto.

Pasó el tiempo, hasta que un día me encontré con una mujer embarazada que iba a abortar. Estaba sola y no tenía dinero. Al hablar con ella me dí cuenta que tenía mucho miedo por su situación. Le expliqué lo que era un aborto, el daño físico y psíquico que ella sufriría; le ofrecí ayuda para animarse a tener a su bebé. Y así, “Madrinas por la Vida” empezó a trabajar.

A quién se le llama “Madrinas por la Vida”.

Las “madrinas” son personas que durante un año se comprometen a dar un pedido mensual de alimentos a una mamá en riesgo de aborto. Además les brinda pañales y ropita para el bebé.

La madrina no conoce a la mamá personalmente ni al bebe, pero recibirá por nuestro medio, cada mes, la información de como transcurre el embarazo. Se compromete, además, a rezar por esa mamá y su bebé. Cuando el bebé nace se le entrega a la madrina una foto del mismo.

Tenemos una lista de madrinas prontas para empezar en el momento que se necesite la ayuda.

Para que sea posible ayudar a las mamás necesitamos a las madrinas. Ellas entienden la importancia de lo que se les pide, con su ayuda van a hacer posible que una nueva vida se salve.

Saben que la ayuda que ofrecen y sus oraciones por el bebé y su mamá son de importancia vital.

En general son mujeres jóvenes con hijos pequeños, que están dispuestas a ayudar durante un año a una mamá.

Ellas no conocerán a quienes ayudan, pero recibirán información de cómo marcha el embarazo y noticias del bebé cuando nazca. Se les entregará una foto del bebé.

Ellas se comprometen a buscar entre sus amigas más madrinas.

Cómo trabajamos.

Empezamos ayudando a madres en riesgo de aborto, aquellas que por sentirse desamparadas piensan en abortar. Pero paulatinamente fuimos encontrándonos con la madre con el bebé en brazos, sola o con el compañero, en la pobreza y el desempleo.

Estas mamás también son amparadas por “Madrinas por la Vida”; ellas reciben la ayuda de alimentos y ropa para el bebé. Tiene una madrina por un año.

Como los pedidos se los entregamos personalmente, una vez al mes, estamos en contacto permanente con ellas y el bebé.

En el poco tiempo que llevamos trabajando, hemos aprendido mucho de estas mamás. No se quejan nunca, están muy agradecidas por la pequeña ayuda que les brindamos y también están abiertas a aceptar formación de parte nuestra.

La mayoría pide trabajo, un lugar donde se les acepte con el bebé.

Por ahora sólo contamos con la ayuda de las madrinas, no hemos recibido apoyo de ninguna institución, ni del estado. No contamos más que con nuestra buena voluntad y nuestra disponibilidad de tiempo para ellas.

Más adelante pensamos en tener una bolsa de trabajo donde podamos ofrecer un empleo a estas mamás. Se les está preparando unos talleres de economía doméstica para introducirlas al mercado laboral.

Contamos con orientadores familiares que apoyan a estas familias, ya que ellas pueden recurrir gratuitamente a la consultoría con nosotras.

Buscamos a las mujeres embarazadas en riesgo de aborto; las que por algún motivo piensan en abortar. En general, no son sólo las mujeres de bajos recursos.

Se enteran que “Madrinas por la Vida” quiere ayudarlas, darles otra opción. Se contactan con nosotros y tenemos una reunión con ellas.

Cada historia es distinta, siempre existe el temor, la soledad y la ignorancia; se le pregunta por qué quiere abortar a su bebé, se la escucha.

Luego se le explica en que consiste el aborto, y que por seguir adelante con su embarazo tendrá ayuda por un año, contará con una madrina y además podrá contar con nuestra atención de orientadoras familiares que la sostendrán desde el punto de vista psíquico y espiritual. Podrá recurrir a nosotros cuando lo desee. Tendrá la opción de hablar con un sacerdote.

Cuando finalice el primer año de ayuda, la madrina podrá optar en seguir ayudando el tiempo que estipule.

En el caso en que la mamá no pueda quedarse con su bebé, “Madrinas por la Vida” la contacta con la institución indicada que se ocupe de la adopción.

Hasta ahora, todas nuestras madres han querido quedarse con su hijo.

Las madrinas en general reiteran su ayuda a futuros bebés.

Es una experiencia maravillosa, ya que ellas están ayudando a que nazca un bebé, al comienzo de una nueva vida; están apostando al futuro. Aprenden a valorar la vida aún aquella que parezca más miserable, aún cuando ese bebé sea enfermo.

Las mamás salvadas del aborto viven su embarazo como un don, con inmensa alegría. Se saben queridas y valoradas por nosotros, especialmente las conmueve la ayuda de esa madrina que nunca van a conocer.

Conclusión.

En un país como Uruguay, donde se esta queriendo despenalizar el aborto, donde funciona la llamada “Salud Reproductiva”, que está basada en medidas contra la concepción, donde nacerá un niño y morirá un niño por aborto, donde el MSP está a favor de legalizarlo, “Madrinas por la vida” es un signo de esperanza, es un grito que clama justicia en favor de la vida.

Es un ejemplo que con muy poco, se puede hacer mucho. Lo hacemos gratuitamente, no contamos con un espacio concreto ni medios económicos. Pero si contamos con el amor desinteresado de las que ayudan y el amor humilde de aquellas que se dejan ayudar. Pero sobre todo quien nos guía en este camino que recién comenzamos es María de Guadalupe la Madre Virgen embarazada, la llena de gracia, que lleva a Jesús niño en su seno maternal.

“Madrinas por la Vida”. Paso de los Toros (Tacuarembó).

Anécdotas de su fundadora Marta Olaso.

Paso de los Toros se encuentra en el centro del país. Está recostado al Río Negro que divide al Uruguay en dos. Es una pequeña ciudad de algo más de diez mil habitantes, con casas bajas y anchas calles que dividen simétrica y diametralmente la ciudad.

Madrinas nació a impulsos del corazón. No puedo negar que esta obra no es mía, sino de Dios. Yo no planifiqué nada, ni se me ocurrió cosa alguna.

Simplemente fuí e hice lo que Dios me indicó. Esto tiene un valor personal porque quería hacer algo para agradar a Nuestra Madre del Cielo.

No tenía ni idea de qué podía hacer. Tuve necesidad de ir a un retiro espiritual, porque sentí que Dios quería “algo”, y fuí … Me encontré con Marta Grego y me contó de una “idea” por la cual venía luchando desde hacía cerca de diez años.

Ahí empecé a ver que ese “algo” que yo presentía podía ser esto que ella me estaba diciendo.

Vine a casa y empecé a hacer escritos para poner en todos lados: escuelas, liceos, parroquias, supermercados, hospitales, policlínicas, audiciones radiales y televisivas, diarios de la ciudad, … Imprimía todo en la computadora y entregaba a todo el que veía.

A todos les parecía sensacional la idea, todos me alentaban, y las “madrinas” aparecían por todos lados. Pero …, las madres no se animaban a venir.

Entonces, salí a buscarlas a la calle. Joven que veía con un bebé, la abordaba y le ofrecía nuestra ayuda: ropa, pañales y un pequeño pedido mensual de comestibles. En todos lados había dejado mis números de teléfono, pero no se animaban a llamar. Después que empecé a buscarlas yo a ellas, ellas me empezaron a buscar a mí.

Hoy ya me están persiguiendo muchas madres muy carenciadas. Niñas de catorce, quince, diecisiete años, solas y estudiantes de liceo, que son las que están en mayor riesgo de aborto.

Además se nos ocurrió darles clases de Economía Doméstica, Enfermería y Costura. Como no contamos con muchos fondos económicos, estas fueron las únicas materias que unas buenas señoras que entendieron el espíritu de la labor de nuestra obra, generosamente les quieren enseñar.

A las madres se les da formación cristiana.No tenemos temor a decir que esta es una labor CONFESIONAL porque no la fundamos ni Marta G ni Marta O, sino Nuestra Señora de Guadalupe, de la cual las dos somos devotas, como de todas las imágenes de Nuestra Virgen Madre.

Empezamos soñando…… y nos estamos quedando cortas.

Las Mamas de “Madrinas por la Vida”.

Hasta ahora hemos visto que en las zonas carenciadas de Montevideo, es donde se nota un movimiento ascendente de la natalidad. Allí viven familias, con varios hijos, madres solteras y madres adolescentes. Estas familias no se desentienden de estas situaciones, amparando y protegiendo a la embarazada, instintivamente respetan la vida.

Para ellos es una riqueza, un don. En su pobreza, el hijo, tiene un significado de esperanza.

Allí esta presente “Madrinas por la vida”.

Comenzamos ayudando a la madre en riesgo de aborto pero también incluimos a la madre con su bebé en brazos, en la pobreza y en el desempleo, las cuales también reciben la ayuda de los alimentos y ropa para el bebé.

Los pedidos de alimentos son entregados una vez al mes, por lo que estamos en contacto personal con la mamá y el bebé.

En el poco tiempo que llevamos trabajando hemos aprendido mucho de estas mamás.

Las mamás son de todas las clases sociales, están las muy pobres que viven en villas míseras y también las de clase media.

Las necesidades son diferentes, pero todas tienen en común el amor por su hijo desde el momento en que les ayudamos a seguir con su embarazo.

Las edades de las mamás oscilan entre los trece y veintitrés años.

No se quejan, están agradecidas por la pequeña ayuda que reciben y también están abiertas a recibir información y formación de parte nuestra.

La mayoría pide trabajo, un lugar donde se las acepte con el bebé. Como por ahora solo contamos con la ayuda de las madrinas y no hemos recibido ayuda del Estado ni de ninguna institución, no poseemos más que nuestra buena voluntad y nuestro tiempo.

Más adelante, pensamos organizar una bolsa de trabajo donde pueda haber oportunidades de empleo para estas mamás.
En Paso de los Toros ya está funcionando un taller de economía doméstica, para prepararlas bien, para entrar en el mercado laboral.

El Amor en acción por los más necesitados

Es necesario tener conciencia de las necesidades de los más necesitados.

Para nosotros el más pobre de los pobres, es el no nacido, ya que peligra su propia existencia porque a ese niño le quieren negar el derecho a la vida.

Esa es la mayor pobreza, el no tener derecho a nacer.

La atención a los más necesitados, surge de la opción de amar de manera preferencial a los pobres.

Sin este amor hacia la maternidad, basado en el respeto por la vida y la dignidad de la mujer, es muy difícil ayudar.

Pero el amor se refleja en obras, en estar disponible, en el “encuentro” con la madre necesitada.

“Madrinas por la Vida” busca a la madre y allí comienza una amistad basada en la confianza y en el respeto.

Hay un diálogo personal con la madre en riesgo de aborto, se la escucha, se le explica sus riesgos físicos y psíquicos, en que consiste y en lo que no le debe suceder al bebé.

Después seguirá adelante con su embarazo y tendrá una madrina por un año.

Lo importante es que la mamá seguirá con su embarazo, sabe que siempre estaremos disponibles para ella.

La civilización de la Vida.

En nuestro país falta voluntad política de un verdadero desarrollo social humano.

La sociedad sufre una caída en picado de los valores fundamentales basados en la familia. La institución matrimonial recibe críticas y persecuciones; no se enseñan las virtudes de la castidad, la fidelidad y el compromiso.

Se trata de ridiculizar todos los fundamentos del matrimonio y la mujer es engañada y defraudada.

La presentan como dueña de su propio cuerpo, que puede hacer lo que quiera con él, y que todo depende de su voluntad. La mujer que vive su sexualidad con una mentalidad contra la concepción del niño por nacer, termina temiendo la maternidad, y se convierte en la enfermedad que prevenir.

Se le va quitando poco a poco el amor por la vida, cae en una trampa que es muy difícil de superar.

Toda esta mentalidad contra la vida repercute en el matrimonio. La mujer es según Juan Pablo II el corazón de la familia, si ese corazón se enferma y deja de latir, la familia se enferma y también muere.

Si se quiere terminar con la institución familiar, el camino mas corto y seguro es acabar con la maternidad.

Tristemente es un camino sin retorno, donde la mujer termina perdiendo su libertad, su dignidad y felicidad.

“Madrinas por la vida” no se rinde ante esta dolorosa situación presente, sino que empuja a la acción.

Según Carlo Casini: “…la acción es tenaz y paciente, alimentada por el amor; una acción que no se dirige contra las mujeres, sino que, por el contrario, se pone a su lado; una acción que no se limita a las palabras, aunque necesarias, sino que se vuelve concreta solidaridad y participación; una acción que crece en todas las direcciones: educativa, asistencial, cultural, legislativa, política, …; una acción que es coherente con la dignidad humana del feto en cada aspecto y que por ello no sólo busca garantizarle la vida, sino que honra sus exequias también después de la muerte. En ese sentido el compromiso unitario y coordinado de la comunidad cristiana constituye un signo profético para la sociedad entera”. (4)

Las mujeres tienen que tomar la cabeza de la movilización general para una nueva cultura de la vida.

Desde “Madrinas por la Vida”, nos dirigimos a ellas en forma especial.

Justamente ellas en el siglo que ha terminado, han caminado para librarse de situaciones de minoría y hasta de servidumbre y opresión. Justamente ellas piden igualdad de derechos: el fenómeno de la liberación femenina es grandioso, pero éste no puede cumplirse con el asesinato de los hijos.

A ellas les pedimos que caminen en primera fila hacia horizontes de más completa justicia, pero no solas: tomando de la mano a los pequeños de la tierra, empezando por sus propios hijos.

Urge un nuevo feminismo que, empezando por la defensa de los derechos de los concebidos, renueve la sociedad entera.
Al terminar me dirijo a todas las mujeres, creyentes y no creyentes, pidiéndoles que sepan comprometerse en la defensa de la vida.

Junto a todas las mujeres del mundo, ruego a la Madre Virgen de Guadalupe, que quiso manifestarse como mujer embarazada, que camine a la cabeza del pueblo de Dios y la civilización de la Vida.

Muchas gracias.

Que Dios les bendiga.

Notas.

(1 y 2) (1994) LOPEZ QUINTAS, Alfonso. El Amor Humano, Ed. Edibesa, Madrid, pp. 48 y 194.

(3) (1999) Juan Pablo II. La Iglesia en América, Ed. Palabra, Madrid, pp. 118.

(4) (1999) CASINI, Carlo. Un appello per la vita, Ed. Vaticano, Ciudad del Vaticano, pp. 19.

Anexo.

Testimonios de la Madres de “Madrinas por la Vida”.

1. Lucía.

Lucía tiene quince años, su novio catorce; los dos son estudiantes.

Lucía vive con su mamá que es viuda; tiene dos hermanos casados que están en el exterior.

La mamá trabaja cuidando enfermos, se sacrifica para que Lucía pueda estudiar.

Viven con una tía con la cual no se llevan bien. El embarazo de Lucía provocó en su madre una gran depresión con sentimientos de rencor y enojo hacia Lucía. A la vez, Lucía no podía creer lo que le pasaba, era la primera vez.

Pensaron en el aborto.

Una noche fuí invitada a ir a una radio a contar sobre “Madrinas por la vida”; recuerdo que me costó mucho esperar hasta la madrugada para ir allí. Conté lo que hacíamos y le hablé a las mamás que estarían pensando en abortar a sus bebés. Les ofrecí ayuda y consuelo.

A los pocos días me llamó la mamá de Lucía, había oído el programa de radio.

Nos encontramos, hablamos, las escuché mucho a cada una. Lucía siguió adelante con su embarazo y la mamá la apoya en todo.

Quiero transcribirles el testimonio, que Lucía me mandó hace un tiempo.

“Marta: ¿cómo esta? Espero que me pueda disculpar por no llamar, escribir o ir, pero sabe que después de que me levanté estuve muy ocupada estudiando y completando cuadernos.

Le cuento que en el liceo me apoyaron desde el primer momento y mis amigas también.

Por desgracia al principio con mi novio no estaba nada bien y tuvimos muchos problemas, pero a los dos meses y medio de embarazo todo mejoró entre nosotros y mis suegros.

La verdad, el embarazo me hizo darme cuenta de muchas cosas. Me hizo cambiar de opinión con respecto a todo, en pocas palabras me hizo madurar muchísimo. También me di cuenta que estar embarazada es lo mejor que le puede pasar a cualquier mujer, en cualquier etapa de su vida, incluso en mi caso la adolescencia. Es hermoso hablarle y cuando se mueve sentir que te contesta.

Le quiero pedir un favor, si no es molestia, mándele muchos besos y abrazos a mi madrina, la verdad estoy muy agradecida.

Prometo escribirle más seguido.

Le agradezco de todo corazón, un besote.

LUCÍA Y EMILIANO (así se va a llamar mi bebé).

2. María Reina.

María Reina, tiene treinta y ocho años, es madre de nueve hijos. Se enteró de “Madrinas por la Vida”.

Su llamada nos llegó cuando estaba internada en el hospital, con un embarazo de ocho meses. Su bebé no nacido tenía un tumor en la garganta.

Su caso era excepcional pero no podíamos dejar de prestarle el apoyo que pedía.

María Reina es una madre valiente y pobre. Hablamos con la doctora y nos dijo que le iban a hacer una cesárea y que el bebé corría peligro de vida.

Nos avisaron del nacimiento de Christopher, un precioso varón, sobrevivió pocas horas.

Madrinas decidió seguir ayudando a María Reina, por un año en nombre de su bebé.

Este niño significó nuestro primer bebé en el cielo. Nuestro intercesor.

3. Virginia.

Virginia tiene veinticuatro años, está casada y tiene un hijo de dos y una bebita de siete meses que se llama Wendy.

Llegó a nosotros en busca de ayuda, vive en un barrio carenciado de extrema pobreza. Está sin trabajo.

Tanto ella como su marido quieren trabajar; por ahora venden caramelos en la calle.

Siempre están con una sonrisa en los labios.

4. María Sol.

María Sol es una mujer desgastada por la vida, ella vive en una zona carenciada, en un rancho de lata con una sola habitación, junto a sus tres hijas y sus nietos.

Su hija Carmen tuvo una bebé con síndrome de down, tiene siete meses y se llama Romina, es a ella que “Madrinas por la Vida” ayuda; además tiene a otra hija embarazada.

Encontré a María Sol una noche en la puerta de la Iglesia; estaba con un bebé en brazos.

Me interesé por ella y allí me enteré de su historia. No tiene marido y sus hijas adolescentes viven con ella.

Le ofrecimos “Madrinas por la Vida”. Hoy queremos ayudar a María Sol a que pueda tener un trabajo estable.

5. Estela.

Estela tiene treinta y dos años, es una joven que ha pasado por muchos problemas psicológicos, y tiene agorafobia.

Está casada y cuando quedó embarazada pensó en abortar, no tenía medios económicos y el marido se encuentra en un estado depresivo.

Madrinas habló con ella y con nuestro apoyo siguió adelante en su embarazo.

Hoy tiene a Matías, un bebé de cuatro meses. Estela se trata una vez por semana por su problema con una Orientadora Familiar. Esta saliendo adelante en medio de las dificultades.

También necesita urgentemente trabajo.

6. Ana.

Ana tiene treinta años y consultó con nosotras porque estaba embarazada. Ella lo tenía todo decidido, día y hora. Pero quiso preguntar en que podía perjudicarle el aborto.

Tuvimos una conversación en la cual le expliqué qué era el aborto, sus daños psíquicos y físicos. También le recordé del amor que ella le debía a su bebé, que era un ser inocente. Le ofrecí el apoyo de madrinas y que podía contar con nosotras.

Pocos días después me llamó para comunicarme que había decidido tener a su bebé, aunque ella había pensado no tener nunca hijos.

Hace poco nació Tamara, recibí una carta de Ana que habla por si misma y es el mejor testimonio.

“Marta, qué gusto saber de ti. No había podido conectarme porque estoy tan ocupada. Fui a Paysandú a dar a luz. Soy la mujer más feliz del mundo, nunca imaginé lo bonito que era tener un bebé. Mi bebita es lo mejor que me ha pasado, no me canso de verla, es tan bonita. A donde quiera que voy, la llevo conmigo; tenías mucha razón y yo no sabía, qué tonta era, pero le doy muchas gracias a Dios y a la gente que, como tú, estuvieron conmigo, tratando de explicarme lo bonito que es esto.

Ahora lo entiendo, ahora estoy volviendo al trabajo, no he visto al papá de la bebita. El muchacho que estaba conmigo como mi pareja, nos abandonó hace dos semanas, pero no me importa, no importa nada porque tengo conmigo a Tamara y no estoy sola. Le puse mis apellidos y estamos juntas.

Luego te platico más, sólo quería darte las gracias nuevamente por haberme acompañado como un verdadero ángel y por tus consejos. Soy muy feliz, todos los días le doy gracias a Dios y lloro de felicidad cuando la miro. Cuídate mucho y gracias de nuevo”.

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