14 marzo 2013, 3:15

Comunicados a propósito de la elección del Cardenal Jorge Mario Bergoglio como Su Santidad el Papa Francisco I, sumo pontífice de la Iglesia católica, apostólica y romana.

Con el fin de desmentir cualquier condescendencia con respecto a la represión llevada a cabo por la dictadura militar argentina que la sociedad política, civil o religiosa atribuyan directa o indirectamente al nuevo Papa Francisco I elegido por el colegio cardenalicio en cónclave, el 13 de marzo del 2013, solamente recordar los siguientes hechos sobre el cura de la muerte condenado a cadena perpetua y las declaraciones suscritas por el Cardenal Jorge Mario Bergoglio.

La sentencia del Tribunal Oral Federal Nº 1 de La Plata en Argentina dictó sentencia contra el presbítero Christian von Wernich por crímenes de lesa humanidad perpetrados durante la dictadura condenándole a la situación de reclusión perpetua, sentencia promulgada tras un juicio sumarísimo en el que fue demostrada su participación en los delitos que se le imputaban, y por los que al no haber arrepentimiento demostrado en el momento de su comisión y considerada probada su continua participación, llevaron finalmente al Tribunal a su justa y necesaria condena a cadena perpetua.

La Iglesia Católica conforme a las disposiciones del Derecho Canónico, también procedía con la cautela necesaria y con el fin de tomar las medidas oportunas para depurar responsabilidades criminales. Asimismo, ante la aberración de tales sucesos ocurridos durante la dictadura militar expresó una clara preocupación disponiendo emitir los siguientes comunicados desde el Episcopado a través de las Comisiones Ejecutiva y Nacional de Justicia y Paz.

Comunicado de la Comisión Ejecutiva.

En estos días la Iglesia en la Argentina está conmovida por el dolor que nos causa la participación de un sacerdote en delitos gravísimos, según la sentencia del Tribunal Oral Federal Nº 1 de La Plata.

Creemos que los pasos que la justicia da en el esclarecimiento de estos hechos deben servir para renovar los esfuerzos de todos los ciudadanos en el camino de la reconciliación y son un llamado a alejarnos, tanto de la impunidad como del odio o el rencor.

Reiteramos, una vez más, lo que expresamos los Obispos argentinos: “Si algún miembro de la Iglesia, cualquiera fuera su condición, hubiera avalado con su recomendación o complicidad alguno de esos hechos (la represión violenta), habría actuado bajo su responsabilidad personal, errando o pecando gravemente contra Dios, la humanidad y su conciencia” (Comunicado de la 111º Comisión Permanente – Nº 4, 8 de marzo de 1995).

Y también recordamos el pedido de perdón realizado por la Iglesia en el acto de apertura del Encuentro Eucarístico Nacional (Córdoba, 8 de septiembre de 2000).

Pedimos a Jesús Misericordioso y a nuestra Señora de Luján que nos acompañen en este doloroso camino hacia la reconciliación de todos los argentinos.

Jorge Card. Bergoglio.
Arzobispo de Buenos Aires y presidente de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA).

Mons. Luís Héctor Villalba.
Arzobispo de Tucumán y Vicepresidente 1º de la CEA.

Mons. Agustín Radrizzani.
Obispo de Lomas de Zamora y Vicepresidente 2º de la CEA.

Mons. Sergio Fenoy.
Obispo de San Miguel y Secretario General de la CEA.

Comunicado de la Comisión Nacional de Justicia y Paz.

Ante el fallo del tribunal que juzgó al sacerdote Von Wernich, la Comisión Nacional de Justicia y Paz quiere manifestar su dolor y su pesar por todas aquellas acciones directas, en colaboración o complicidad, que algunos integrantes de la Iglesia Católica pudieron llevar a cabo y que posibilitaron el secuestro, la tortura y la desaparición de personas durante la ultima dictadura militar en el país.

Queremos expresar nuestra solidaridad con todas las víctimas de ese período de nuestra historia, y esperamos que el accionar de la justicia pueda actuar como reparación y consuelo para los sobrevivientes, sus familiares y la de los desaparecidos.

En nuestro compromiso con el presente y de cara al futuro por afianzar un espacio de amistad y diálogo entre los argentinos, que permita convertirnos “de habitantes a ciudadanos”, queremos afirmar que la violencia, en cualquiera de sus expresiones, no es cristiana ni evangélica y mucho menos, si no respeta a los seres humanos y a sus derechos elementales.

Que frente al imperativo de que la justicia busque la verdad sobre el pasado, el desafio de proyectar una nación sin excluidos nos ayude a encontrar los caminos de encuentro y reconciliación que hagan posible en la justicia y en la paz, la construcción de una patria de hermanos.

Buenos Aires, 9 de octubre de 2007.

Notas y textos.

Los comunicados han sido obtenidos de la revista Marana-Thá, Año III, Nº 198 de 12 de octubre del 2007, publicación auspiciada por el Instituto Sagrada Familia en la localidad de la villa de Pueyrredón en Banfield – Buenos Aires (Argentina).

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