Es necesario orar con el corazón

(RV).- Una oración valiente, humilde y fuerte cumple milagros : lo afirmó el Papa Francisco esta mañana en la Misa presidida en la Casa de Santa Marta. Este lunes estuvo presente otro grupo de empleados de Radio Vaticano, acompañados por el director general, el P. Federico Lombardi.

La liturgia del día nos propone el pasaje del Evangelio en el que los discípulos no logran sanar a un muchacho; el mismo Jesús debe intervenir, lamentando la incredulidad de los presentes; y al padre de aquel chico que le pide ayuda, responde que “todo es posible para el que cree”. El Santo Padre observó que a menudo también aquellos que aman a Jesús no arriesgan mucho en su fe y no se confían completamente a Él. Pero ¿por qué, esta incredulidad? Creo que es justamente el corazón que no se abre, está cerrado y no deja a Jesús tenerlo todo bajo su control – explicó el Papa – y cuando los discípulos le preguntan por qué no han podido sanar al joven, el Señor responde que aquel tipo de demonio no se puede eliminar sino es con la oración. Es necesario orar fuerte y humilde, lo que permite a Jesús obrar el milagro.

La oración para pedir un milagro, una acción extraordinaria – prosiguió el Obispo de Roma – debe ser coral, que nos involucre a todos. Con este propósito el Papa narró un episodio ocurrido en Argentina : una niña de 7 años se enfermó y los médicos le dieron pocas horas de vida. El padre, un electricista, “hombre de fe”, enloqueció – contó el Pontífice – y en aquella locura tomó un autobús para ir al Santuario Mariano de Lujan, distante 70 kilómetros. Llegó ahí pasadas las 9 de la noche, cuando todo estaba cerrado. Y comenzó a rezar a la Virgen, con las manos aferradas a la reja de hierro. Rezaba, lloraba, y así, permaneció toda la madrugada. Pero este hombre luchaba junto a Dios por la sanación de su hija. Luego, después de las 6 de la mañana, fue al terminal, tomó el autobús y llegó al hospital, a las 9. Encontró a su esposa llorando. Se imaginó lo peor. ¿Qué ha pasado? Han venido los doctores y me han dicho que la fiebre ha pasado, que respira bien, que no tiene nada. La dejarán en reposo por dos días más, pero no entienden que ha ocurrido. Esto todavía sucede. Los milagros existen. Pero es necesario orar con el corazón, concluyó Francisco.

Una oración valiente, que lucha por llegar a aquel milagro, no oraciones de circunstancia, sino como aquella de Abraham que luchaba junto al Señor por salvar la ciudad, o de Moisés que mantenía las manos en alto aunque se cansaba, pero seguía rezando al Señor; o de tantas personas que tienen fe, hace milagros. Debemos creer y rezar con el corazón al Señor cuando nos pide orar por tanta gente como los refugiados que sufren en las guerras y tantos dramas de la actualidad. Hagamos esto, hoy.

(RC – RV)

discurso-del-papa-francisco-i.png congreso-de-lideres-religiosos-en-el-vaticano.png fieles-en-la-plaza-de-san-pedro.png juan-pablo-ii.jpg pantocrator.png papa-francisco-a-brasil.jpg papa-audiencia.jpg


Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos necesarios están marcados *