200 Aniversario de la Catedral Primada de México

Catedral Metropolitana de la Ciudad de México(RV).- Francisco I ha escrito un mensaje con ocasión del Jubileo por los 200 años de la finalización de los trabajos de la Catedral Metropolitana de la capital mexicana, que se celebra el próximo 15 de agosto, en la solemnidad de la Asunción de la Virgen María, patrona precisamente de la Catedral.

Texto del mensaje del Papa.

El próximo día 15 de agosto, solemnidad de la Asunción de la Bienaventurada Virgen María a la gloria del Cielo, se iniciarán las celebraciones para conmemorar el doscientos aniversario del fin de la construcción de la Catedral de la Arquidiócesis Primada de México. En esta significativa circunstancia, a cuantos gozan con esta efeméride, mi saludo cordial y la seguridad de que me uniré a todos los pastores y fieles de esa Iglesia particular en la acción de gracias a Dios por los dones recibidos. Esta conmemoración es ocasión para mirar al pasado, robustecer el presente y vislumbrar el futuro.

De la historia de este templo podemos sacar lecciones para nuestra vida cristiana. Cuántas personas lo habrán visitado para encontrarse con el Señor. Sus piedras son testigos silenciosos de tantos como han entrado en él para abrir su corazón a Dios, pedirle perdón, suplicarle favores, alabarlo y bendecirlo. Recojamos lo mejor de esa herencia espiritual y continuemos elevando nuestros corazones al cielo en esta casa.

Pero no se trata sólo de volver la vista atrás. Una oportunidad como ésta ha de convertirse en un estímulo espiritual para asumir la tarea que todo bautizado tiene hoy de ser discípulo y misionero de Jesucristo. En la Catedral, el Obispo lleva a cabo la acción más venerada y santa que se puede realizar: la Eucaristía, memorial de la Muerte, Pasión y Resurrección de Nuestro Señor. Participemos en ella con devoción, y saquemos fuerzas para dar testimonio por doquier, en cualquier ambiente donde nos encontremos y con todos los que nos rodeen, en especial los más desfavorecidos.

Asumamos también el reto de mirar al futuro. Que nadie nos robe la esperanza, viniendo al primer templo diocesano. La Palabra de Vida que resuena en la Catedral Primada de México ha de prolongarse en el porvenir, ha de arraigar en los niños, adolescentes y jóvenes. A ellos hemos de darles lo mejor que tenemos: a Cristo Salvador. Esto compete, ante todo, a los padres y madres de familia, que tienen en la educación cristiana de sus hijos el mayor de sus cometidos, del cual no pueden cansarse, y que han de llevarlo a cabo no sólo contando con sus energías sino, sobre todo, apoyados en la oración.

Encomiendo al materno amparo de Nuestra Señora de Guadalupe, nuestra Madre del cielo, que Ella sea para toda la Arquidiócesis de México, brújula y estrella que conduzca a Dios, fruto de su vientre, custodie con su protección y mantenga fieles en el camino de la santidad a todos los sacerdotes, religioso/as, seminaristas y fieles de esa comunidad diocesana.

Con estos sentimientos, imparto de corazón la Bendición Apostólica, prenda de copiosos favores divinos.

(RC – RV)

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