Adorar a Dios y servir al prójimo

(RV).- El Santo Padre concelebró la Misa de esta mañana en la Casa de Santa Marta con los purpurados del “Consejo de Cardenales” que desde hoy se reúne con el Papa en el Vaticano hasta el 3 de octubre. En su homilía, el sumo pontífice inspirándose en el episodio del Evangelio del día, se refirió a Jesús cuando reprende a los apóstoles que querían que cayera fuego del cielo sobre todos aquellos que no querían recibirlo. Y, agregó, que en la conmemoración de hoy a Santa Teresa del Niño Jesús, nos hará bien reflexionar sobre su espíritu de bondad.

Alguien puede decir – y algunos filósofos pensaban así – que la humildad es una humillación de la majestad del ser humano, pero este pensamiento es estéril, porque la sabiduría de la Iglesia encuentra que la fuerza del Evangelio está justamente ahí. El Papa emérito Benedicto XVI nos dice que el anuncio de la buena nueva no crece por proselitismo, sino por su testimonio, y cuando los pueblos ven que sus testigos obran humildemente en el servicio al prójimo, es precisamente en esta caridad donde el mensaje de Cristo encuentra su máxima expresión.

La condición es adorar a Dios y servir a los demás. Y esto – afirmó el sumo pontífice – hace crecer las obras de evangelización. He aquí el por qué una monja como Santa Teresa del Niño Jesús, fue declarada Patrona de las Misiones, porque su ejemplo hace que la gente se acerque a la Iglesia.

El Obispo de Roma concluyó su homilía dirigiendo un pensamiento especial a las reuniones que desde este martes se llevan a cabo con los cardenales consultores para ayudarlo en el gobierno de la Iglesia, pidiendo al Señor que su trabajo sea humilde, paciente y confiado.

(RC – RV)

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