La paz franciscana está fundada en Cristo

Asís(RV).- Francisco I comenzó esta mañana su visita pastoral a Asís, con ocasión de las celebraciones del Patrono de Italia. El helicóptero papal aterrizó en el campo deportivo del Instituto Seráfico a las 7.30 h. con un cuarto de hora de anticipación según el programa previsto, dada también la intensa jornada, llena de citas.

Acogió al Obispo de Roma el arzobispo Domenico Sorrentino, obispo de Asís-Nocera-Umbra-Gualdo Tadino, el presidente del Senado italiano, Piero Grasso, y de la Región de Umbría, Catiuscia Marini. El primer encuentro del Papa en tierra de San Francisco fue con los niños minusválidos y enfermos. En las puertas de la ciudad, se encuentra este instituto que se llama Seráfico. Y es justo partir de aquí. El santo en su testamento dice : El Señor me dijo que empezase a hacer penitencia con los leprosos.

Nosotros estamos en las llagas de Jesús, dijo el sumo pontífice. Me viene a la mente cuando el Señor, iba en camino con dos discípulos. Al final, les mostró sus heridas y partió el pan eucarístico, ellos lo reconocieron. Y aquí está Cristo en estas personas que tienen necesidad de ser escuchadas por los cristianos.

La sociedad – dijo el Vicario de Cristo – desgraciadamente, está envenenada por la cultura de la exclusión, y sus víctimas son las personas más débiles. En esta casa veo en cambio la acción contraria, gracias por este signo de la verdadera civilización, humana y cristiana.

Servir a las personas que necesitan tanta ayuda nos hace crecer en humanidad porque ellas son los verdaderos recursos. San Francisco era rico, pero en la persona del leproso, Dios le habló en silencio y le cambió, hizo que entendiera lo que cuenta realmente en la vida : no las riquezas, la fuerza de las armas, la gloria terrena, sino la humildad y misericordia.

Antes de dejar el Instituto, Su Santidad saludó con estas palabras : Muchas gracias, recen por los niños y los que trabajan aquí. Que Dios les bendiga.

Una vez terminado el encuentro, fue al santuario de San Damián para rezar. A su llegada fue recibido por el Padre Michael A. Perry, ministro general de la Orden Franciscana de los Frailes Menores y por la comunidad religiosa del convento. Fue en este sitio que en 1205, San Francisco, rezando ante el crucifijo presente en la Iglesia, lo oyó hablar y pedirle que reparase su casa. Luego, se trasladó al obispado para encontrar a los pobres asistidos por Caritas Internationalis.

(María Fernanda Bernasconi – RV)

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