La lucha entre el bien y el mal

Ajedrez(RV).- Debemos estar siempre alerta contra el engaño del demonio. Lo dijo el Papa en la misa de esta mañana en la Casa de Santa Marta, quien señaló también que no se puede desvirtuar la victoria de Jesús sobre el maligno, y reiteró que no debemos confundir ni relativizar la lucha entre el bien y mal. Cristo expulsa los demonios pero muchos intentan disminuir la fuerza del Señor. El Obispo de Roma centró su homilía en el Evangelio de hoy recordando que existe siempre la tentación de minimizar la figura del hijo de Dios. Una actitud, observó, que ha llegado hasta nuestros días.

Hay algunos sacerdotes que cuando leen este y otros pasajes, dicen que Jesucristo se ha limitado a sanar a una persona con una enfermedad mental, confundiendo una epilepsia con la posesión diabólica. Nosotros, no tenemos derecho a simplificar así los sucesos, como diciendo que todos esos poseídos solamente eran enfermos mentales, y no es así. La presencia demoníaca está en la Biblia. Por esta razón, advirtió, no debemos ser ingenuos.

El Santo Padre observó que Cristo nos da algunos criterios para discernir la presencia de la maldad del camino cristiano. Uno es reconocer la victoria de Jesús sobre la muerte. El segundo, “Estás conmigo – dice el Señor – o contra mí” porque el hijo de Dios ha venido al mundo para destruir al príncipe de las tinieblas, liberarnos de la esclavitud del pecado y luchar por nuestra salvación. En tercer lugar, es necesario estar siempre vigilantes contra los engaños y seducciones del mal, custodiando la verdad.

Cuando el espíritu impuro sale del hombre, ha recordado el sumo pontífice, deambula por lugares desiertos, buscando reposo, y no encontrándolo, dice : Volveré a la casa de donde salí. Cuando regresa la encuentra barrida y ordenada, toma los siete peores espíritus de los pecados capitales, que entran y se instalan ahí. De esta manera, la última condición del hombre resulta ser mucho peor que la primera. La estrategia del maligno es ésta, porque aunque te hayas convertido, y parezca que la tentación te ha abandonado, si no vigilas, regresa con mayor violencia. San Pedro lo decía : Es como un león feroz, que da vueltas a nuestro alrededor.

Pidamos la gracia de tomar en serio la bondad y santidad de Dios, no negociemos con el demonio porque siempre trata de volver y apoderarse de nuestra alma.

(RC – RV)

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