Centro Televisivo Vaticano cumple 30 años

Ciudad del Vaticano, 18 octubre 2013 (VIS).- Vuestro trabajo es un servicio al Evangelio y la Iglesia, escribe el Papa a monseñor Dario Edoardo Viganò, director del Centro Televisivo Vaticano (CTV), con motivo del congreso que celebra el treinta aniversario de esa emisora, que tiene como telón de fondo otra fecha importante : los cincuenta años de la aprobación del decreto conciliar “Inter Mirifica” que “incluye entre los dones de Dios a los instrumentos de comunicación social, entre ellos la televisión”.

En estas décadas – constata el Obispo de Roma – la tecnología ha viajado a gran velocidad, creando redes de conexión inesperadas. Es necesario mantener la perspectiva evangélica en esta especie de autopista global de la comunicación. De ahí, que a la hora de presentar los acontecimientos la óptica nunca pueda ser mundana, sino eclesial.

A este propósito el sumo pontífice recuerda que poco después de ser elegido Obispo de Roma, en el encuentro con los periodistas que habían cubierto el cónclave afirmó que el papel de los medios de comunicación ha ido creciendo en los últimos tiempos hasta volverse indispensable para narrar al mundo los hechos de la historia contemporánea. Pero si ya no es fácil relatar los eventos históricos, todavía es más complejo narrar los vinculados con la Iglesia. Hace falta una responsabilidad particular, gran capacidad de leer la realidad en clave espiritual. Efectivamente, los acontecimientos eclesiásticos tienen una característica especial : obedecen a una lógica que no es, principalmente, la de las categorías, por así decir, mundanas y, precisamente por eso, no es fácil interpretarlos y comunicarlos a un público vasto y variado.

Por último, el Santo Padre reitera que el CTV no desempeña una función puramente documental de los acontecimientos, sino que contribuye a acercar el ámbito eclesial al mundo, anulando las distancias, haciendo llegar la palabra de Dios a millones de católicos, incluso allí donde profesar la fe, a menudo, es una decisión valiente. Gracias a las imágenes, el CTV está en camino con el Sucesor de Pedro para llevar a Cristo a las tantas formas de soledad en la sociedad contemporánea llegando hasta las periferias tecnológicas. En esta misión es importante recordar que la Iglesia debe estar presente en el mundo de la comunicación y en todas sus variadas expresiones, sobre todo para llevar a las personas el mensaje del Señor.

Francisco I concluye pidiendo a la Virgen que guarde los pasos de los peregrinos de la comunicación invocando la intercesión de Santa Clara de Asís, patrona de la televisión.

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