Internet y la evangelización

(RV).- Es indispensable la presencia de la Iglesia en Internet, para anunciar a Cristo con estilo evangélico, llegando a los jóvenes y a los que anhelan la esperanza de Dios. Son palabras del Papa a los participantes en la Asamblea Plenaria del Pontificio Consejo para los Laicos, a los que recibió este sábado en audiencia, reunidos sobre el tema “Anunciar a Cristo en la era digital”.

Con el Concilio, “ha llegado la hora de los laicos”, recordando esta afirmación que solía repetir Juan Pablo II, Francisco I hizo hincapié en la importancia de que la Iglesia anuncie a Cristo en el mundo digital y destacó que es un campo privilegiado para la pastoral de la juventud. Sin olvidar, que Internet es una realidad difundida, compleja y en constante evolución. Y que su desarrollo plantea la actualidad de la relación entre fe y cultura. Vuelve a ocurrir lo que les pasó a los Padres de la Iglesia que con “el extraordinario legado de la cultura griega”, no se quedaron encerrados sino que se abrieron para asimilar sus conceptos.

Aún entre las oportunidades y los peligros de la red, se debe discernir, conscientes de que seguramente encontraremos monedas falsas, ilusiones peligrosas y trampas que hay que evitar. Pero, guiados por el Espíritu Santo, descubriremos también valiosas oportunidades para conducir al Señor.

Entre las posibilidades que ofrece la comunicación digital la más importante se refiere al anuncio del Evangelio. Por cierto, no es suficiente adquirir los conocimientos tecnológicos, si bien sean importantes. Se trata ante todo de encontrar a personas reales, a menudo confundidas y heridas, para ofrecerles verdaderas razones para la esperanza. El anuncio – subrayó el Santo Padre – “requiere relaciones humanas auténticas y directas para culminar un encuentro personal con Cristo.

Por lo tanto, Internet no basta, la tecnología no es suficiente. Pero ello no quiere decir que la presencia de la Iglesia en la red sea inútil. Todo lo contrario, es indispensable estar presentes, en lo que para muchas personas, se ha convertido en un ambiente de vida, con el fin de despertar las preguntas incesantes sobre el sentido de la existencia e indicar el camino que conduce a quien es la respuesta, Nuestro Señor Jesucristo.

El Obispo de Roma recordó el 25 aniversario de la Mulieris dignitatem y la cita de la Jornada Mundial de la Juventud en Río de Janeiro, cuyo lema “Vayan y hagan discípulos a todas las naciones”, ha destacado la dimensión misionera de la vida cristiana, la necesidad de salir hacia aquellos que esperan el agua viva del Evangelio, hacia los pobres y excluidos.

La Iglesia está siempre en busca de nuevos caminos para anunciar el Evangelio. Y la contribución y testimonio de los fieles laicos se muestran indispensables cada día más, por lo que Su Santidad encomendó al Pontificio Consejo para los Laicos, la maternal intercesión de la Virgen María, y les impartió su bendición apostólica.

(CdM – RV)

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