La trata de personas es un crimen contra la humanidad

Ciudad del Vaticano, 12 diciembre 2013 (VIS).- La trata de seres humanos, una verdadera forma de esclavitud , que afecta a todos los países, incluso a los más desarrollados, ha sido el tema elegido por Francisco I en su discurso a 16 nuevos embajadores y un representante diplomático no residentes ante la Santa Sede. Se trata de Argelia (Boudjemaa Delmi), Islandia (Martin Eyjolfsson), Dinamarca (Lars Vissing), Lesotho (Lineo Lydia Khechane Ntoane), Sierrra Leona (Ibrahim Sorie), Cabo Verde (Emanuel Antero García da Veiga), Burundi (Edouard Bizimana), Malta (George Gregory Buttigieg), Suecia (Lars-Hjalmar Wide), Pakistán (Aman Rashid), Zambia (Paul William Lumbi), Noruega (Thomas Hauff), Kuwait (Bader Saleh Al -Tunaib), Burkina Faso (Yemdaogo Eric Tiare), Uganda (Marcel R. Tibaleka) y Jordania (Makram Mustafa Al Queisi), y Palestina (Isa Jamil Kassissieh), respectivamente.

El Santo Padre ha tenido palabras para las múltiples iniciativas de la comunidad internacional para promover la paz, el diálogo, las relaciones culturales, políticas y económicas, o el socorro a las poblaciones afectadas por dificultades de diverso tipo y, a continuación, ha retomado la cuestión de la trata de personas que “afecta a los más vulnerables de la sociedad : mujeres, niño/as, discapacitados, pobres y los que provienen de situaciones de desintegración familiar y social”.

“En ellos, de manera especial – ha recalcado – los cristianos reconocemos el rostro de Jesucristo, que se ha identificado con los más necesitados. Otros, en nombre de la humanidad común comparten la compasión por sus sufrimientos, con el compromiso de liberarlos y curar sus heridas. Juntos podemos y debemos luchar para que se les libere y se ponga fin a este horrible comercio”.

El sumo pontífice ha recordado que se habla de millones de víctimas de trabajo forzoso, de trata de personas con fines de explotación laboral y sexual, exclamando : “Esto no puede continuar, es una grave violación de los derechos humanos de las víctimas y una afrenta a su dignidad, además de una derrota para la comunidad mundial. Todas las personas de buena voluntad, no pueden permitir que sean tratados como objetos, engañados, violados, a menudo vendidos, con diferentes fines y, al final, asesinados, o de cualquier forma, dañados y abandonados. Es una vergüenza”.

“La trata de personas es un crimen contra la humanidad. Es necesaria una toma de responsabilidad común y voluntad política más fuerte para vencer en este frente. Responsabilidad hacia los que han caído víctimas de la trata de personas, para proteger y garantizar sus derechos, para evitar que los corruptos y delincuentes eludan la justicia. Es necesaria una intervención legislativa adecuada en los países de origen, tránsito y llegada, también para facilitar la regularidad de las migraciones”.

Los gobiernos y la comunidad internacional, a quienes compete la responsabilidad de prevenir y evitar este fenómeno, no han dejado de tomar medidas en los distintos niveles para bloquearlo, y proteger o asistir a las víctimas de este delito, a menudo vinculado con el comercio de drogas, armas, transporte de inmigrantes ilegales, la mafia, que desgraciadamente, no podemos negar, a veces también ha corrompido a los agentes de servicio público y miembros de los contingentes que participan en misiones de paz.

Pero para contrastar con eficacia esa lacra, es necesario que la acción se extienda al ámbito cultural y la comunicación, que necesitan “un profundo examen de conciencia” por que a menudo en ellos se tolera que un ser humano “sea considerado como un objeto, expuesto para vender un producto o satisfacer deseos inmorales”. Y, en cambio “la persona humana nunca debe ser comprada y vendida como una mercancía; quién la utiliza y explota, aunque sea indirectamente, es cómplice de este abuso”.

Estas reflexiones sobre una plaga social de nuestro tiempo, obliga a tener el valor y fuerza necesaria en un esfuerzo concertado para combatirla. Por consiguiente, instamos a la comunidad internacional a hacer todavía más concorde y eficaz la estrategia contra la trata de personas para que, en todas las partes del mundo, los seres humanos nunca sean utilizados como un medio, sino respetados siempre en su dignidad inviolable.

el-sumo-pontifice-con los-fieles.png el-santo-padre-con-los-jovenes.png basilica-san-pedro-vaticano.png colecta-mas-por-menos.png francisco-papa.png bandera-de-costa-rica.jpg su-santidad-francisco-i.png


Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos necesarios están marcados *