El significado y milagro de la natividad del Señor

(RV).- Este domingo antes de bendecir las imágenes del niño Jesús que las familias pondrán en el pesebre del 25 de diciembre, el Obispo de Roma, ante la inmensa multitud de peregrinos que vinieron a rezar con él la oración del Ángelus en la plaza de San Pedro, explicó que la Iglesia nos anima a proseguir con confianza el camino espiritual para poder celebrar con renovado júbilo la fiesta del milagro de Navidad.

Texto de las palabras del Papa

Dijo que en la liturgia resuena esta venida del Señor, que en el Evangelio – continuó explicando el Sucesor de Pedro – encuentra su razón de ser al sabernos acogidos por Dios. Como nos recuerda hoy, el profeta Isaías, Cristo es el que viene a salvarnos y presta socorro especialmente, a pesar de nuestros límites, confusión o desaliento, porque ante las dificultades, nos ayuda a tener coraje, gracias a su apoyo.

El Vicario de Cristo explicó que el Señor permanece con nosotros también en la prueba, incluso en el sufrimiento, porque en lo más profundo de la persona que se encomienda, existe la certeza de que nos concede la gracia de confíar en Él.

La esperanza cristiana, tiene su fundamento en la fidelidad, en la verdad de Cristo que mantiene sus promesas. Cuantos han encontrado a Jesús, a lo largo del camino, y experimentan una serenidad, de la que no nos pueden  privar.

El Santo Padre ha concluído exhortando a rezar a la Virgen María para que nos enseñe los pasos hacia Belén de modo que nos sea posible encontrar al hijo de Dios que ha nacido para salvar a la humanidad. Y pidió que nos obtenga la gracia de vivir cristianamente en familia, el trabajo, las parroquias y todos los ambientes.

Saludos del Santo Padre.

Después del responso por los difuntos, Su Santidad renovó la entrañable cita para la bendición de las imágenes del Niño Dios, que fue iniciada por Pablo VI en diciembre de 1969, que desde entonces  y organizada por el Centro Oratorios Romanos, se llevan a la Plaza de San Pedro, para que el Sucesor de Pedro las bendiga, y luego sean colocadas en los pesebres de sus hogares.

Ya desde muy temprano más de 6 mil niño/as, junto con sus padres, abuelos, sacerdotes y catequistas de los oratorios de la diócesis romana, habían llegado a la Basílica de San Pedro, para la Misa celebrada por el cardenal Angelo Comastri, Vicario General del Vaticano.

Francisco I en su habitual saludo a las familias, grupos parroquiales, asociaciones y peregrinos provenientes de Roma, Italia y tantas partes del mundo, se refirió en particular a los fieles de España, Estados Unidos de América, y a los jóvenes de Zambia.

Posteriormente, el Vicario de Cristo se trasladó al Aula de las Bendiciones para saludar a la Comunidad de Villa Nazareth, residencia y centro de formación universitario, que nació en 1946, de Mons. Domenico Tardini, que sería Secretario de Estado de Juan XXIII. El Papa agradece a cuantos impulsan esta institución que tanto bien hace a la Iglesia, y en particular al Cardenal Achille Silvestrini, presidente, por su servicio en favor de la dignidad de la persona humana.

(GO y CdM – RV)

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