El don de la profecía

(RV).- El Papa en la Misa presidida en la Casa de Santa Marta, hoy, tercer lunes de Adviento, afirmó comentando las lecturas del día, que el profeta es aquel que escucha la Palabra de Dios, es consciente de su compromiso, luego mira a su pueblo y siente la fuerza del Espíritu, para transmitirle un mensaje que lo ayude a continuar el camino.

El don de la profecía consta de tres tiempos : promesa del pasado, contemplación del presente y coraje para indicar el futuro. Y el Señor siempre ha custodiado a su pueblo, con los profetas, cuando estaba desalentado, o destruída Jerusalén bajo el poder de los enemigos. También, es aquello que sucedió en el corazón de la Virgen – prosiguió el Obispo de Roma – cuando estaba al pie de la Cruz, y conservaba la esperanza de resurrección.

En estos momentos difíciles es necesaria la intervención del profeta. Y no siempre es acogido, muchas veces es rechazado. El mismo Jesús dice a los fariseos que sus antecesores asesinaron a sus profetas, porque decían la verdad y recordaban las promesas hechas a su pueblo.

Y cuando falta la profecía – observó Francisco I – se pierde el espíritu de la ley de Dios. Así, en el Evangelio los dueños del Templo fueron a Cristo para decirle : ¿Con qué autoridad haces estas cosas?. No entendían las profecías. Habían olvidado la promesa de su venida. No sabían leer los signos de los tiempos, tenían sólo el poder.

Cuando no hay profetas, el vacío que esto deja es ocupado como ocurre en el Nuevo Testamento, por aquellos que interpelan al Señor, pero ponen en duda su autoridad, haciendo perder la esperanza.

(RC – RV)

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