La celebración de la presentación del Señor

(RV).- En la conmemoración de la Presentación del Señor, celebración del primer encuentro de Jesús con su pueblo, y XVIII Jornada Mundial de la Vida Consagrada, Francisco I reiteró que en el centro está Cristo, que nos llama a ir a la Casa del Señor, a ser acogidos como templo del Espíritu Santo, donde podemos encontrarlo y reconocerlo.

Renovando, por primera vez en su pontificado el rito de la procesión con las candelas encendidas, en la Basílica de San Pedro, el Obispo de Roma celebró este domingo, 2 de febrero, la memoria de cuando María y José, llevaron al hijo de Dios, luz del mundo, recién nacido, a presentarlo al templo de Jerusalén según la Ley del Señor.

Tras hacer hincapié en su homilía en la acción del Espíritu Santo, que llena de vida y regocija a los ancianos y profetas, Simeón y Ana, el Sucesor de Pedro puso de relieve el encuentro entre la sagrada familia y estos representantes del pueblo de Dios, santo y consagrado.

En el centro está Jesucristo, es Él quien nos lleva a la Iglesia, en un encuentro singular entre observancia y profecía, como ocurre también en la vida consagrada cuyo signo es el de anunciar el Evangelio, patrimonio de la experiencia y sabiduría, para recibirlo por el bien de la vocación cristiana y las familias religiosas.

Asimismo, el Papa y en la Jornada Mundial de la Vida Consagrada, durante el Ángelus en la plaza de San Pedro, hizo hincapié en la necesidad que tiene hoy la Iglesia y el mundo de la presencia de religiosos, con el fin de fortalecer la difusión del mensaje evangélico, renovar el compromiso de una educación cristiana, su caridad hacia los más necesitados y la oración contemplativa.

Cada persona consagrada es un don para el pueblo de Dios en camino, ha afirmado el sumo pontífice, porque está entregada a su misión, llevando la luz del espíritu, allí donde se encuentra la oscuridad, infundiendo esperanza en los corazones desalentados, señalando que es necesario este testimonio de caridad y misericordia, valorando con gratitud sus experiencias de vida y rezando por las nuevas vocaciones, ofrenda de sí mismos y labor que concierne a todos los cristianos consagrados por medio del bautismo.

Al finalizar el Ángelus, el Papa saludó, entre otros, a los participantes en la Jornada por la Vida, que se celebra hoy en Italia y cuyo tema es “Generar el futuro”, haciendo extensivo su aliento a las asociaciones, movimientos y centros culturales que participan en su defensa y promoción. Me uno – dijo – a los obispos italianos a la hora de reiterar que todo hijo es el rostro del Señor, don de la familia y sociedad. Que cada uno, en su papel y en su campo, se sienta llamado a servir a la vida, a aceptarla, respetarla y promoverla, especialmente cuando es frágil y necesitada de atención y cuidados, desde el seno materno hasta su fin.

El Obispo de Roma recordó también a los habitantes de Roma y de la región Toscana que sufren las consecuencias de las intensas lluvias de estos días que han causado inundaciones y desbordamientos. Que a esto/as hermano/as, sometidos a pruebas tan duras – pidió – no les falten ni nuestra solidaridad concreta ni oraciones.

(CdM, RC y  ER – RV)

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