La fiesta de San Valentín en el Vaticano

Ciudad del Vaticano, 14 febrero 2014 (VIS).- Diez mil parejas de novio/as de todo el mundo se han dado cita hoy, festividad de San Valentín, en la Plaza de San Pedro para confrontarse sobre la vocación al matrimonio bajo el lema : “La alegría del sí para siempre”; y encontrarse con el Papa. El acontecimiento, organizado por el Pontificio Consejo para la Familia, parte de la perspectiva de que uno no se casa cuando los problemas ya se han resuelto, sino para resolver los problemas juntos, porque a pesar de que haga falta valor para conseguirlo, es un punto de vista que infunde esperanza en el futuro.

El acto ha comenzado a las 11 h. de la mañana con una serie de testimonios de las parejas, intercalados con lecturas y canciones dedicadas al amor en sus diversas manifestaciones, y a las doce y media el Santo Padre ha entrado en la Plaza para saludar a lo/as novio/as, y responder a las preguntas planteadas por las parejas como son : el miedo al compromiso permanente, el vivir juntos al estilo de la vida conyugal, y el tipo de celebración del matrimonio.

Es importante preguntarnos si es posible amar para toda la vida. Hoy en día, muchas personas tienen miedo de tomar decisiones definitivas, y esta mentalidad se encuentra en muchas personas que se preparan para el matrimonio. Pero si este amor se entiende en relación con Dios, entonces es una realidad que crece y también podemos decir, a modo de ejemplo, que se construye con fuertes cimientos. La familia nace de este proyecto que quiere crecer como se construye una casa, en un lugar estable de afecto, ayuda y esperanza. No debemos dejarnos vencer por la cultura de lo provisional. Así que el temor se cura día tras día, confiando en el Señor, en un viaje espiritual diario, hecho de pasos y crecimiento común, este es el desafío de lo/as esposo/as cristiano/as.

La siguiente cuestión que Francisco I ha subrayado es la convivencia como un arte y camino paciente, que tiene unas reglas : 1) la petición de mano, con respeto y atención. San Francisco decía que la cortesía es hermana de la caridad, que apaga el odio y mantiene la caridad. Y hoy, en nuestro mundo, a menudo violento y arrogante, hace falta mucha educación. 2) la acción de gracias, es decir, gratitud de sentimiento, en la relación de ahora y en la futura vida matrimonial, porque es importante mantener viva la conciencia de que la otra persona es un don de Dios, y corresponderle como tal. 3) el saber amar, con paciencia y perseverancia, perdonando cuanto sea necesario, pues en la vida se cometen errores, y es necesaria la paz de espíritu. Estas son las normas fundamentales y si las aprendemos, el matrimonio durará para siempre y saldrá adelante.

Por último, el sumo pontífice ha recordado que la ceremonia del matrimonio debe ser una celebración cristiana y no mundana, porque en cada fiesta nupcial, debemos agradecer la presencia del Señor que se revela y nos otorga su bendición.

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