Ciudad del Vaticano, 4 abril 2014 (VIS).- Los miembros del CCIT (Comité Catholique International pour les Tsiganes), se reúnen en Cavallino-Treporti (Italia) del 4 al 6 de abril.
En nuestro mundo globalizado, de hecho se siguen construyendo muros que dividen a pueblos del mismo continente, a gentes del mismo país o a personas de la misma ciudad. Incluso entre los países europeos, algunos todavía están influenciados negativamente en sus decisiones políticas hacia los romaníes. Sin embargo, el compromiso pastoral y el desafío con valentía evangélica de los gitanos demuestra que para derribar los muros de la intolerancia, es necesario alcanzar una sociedad inclusiva. Por tanto, es en este encuentro, el momento de hacer una reflexión, para ofrecer la oportunidad de unir energías y crear una dinámica social en la que diversas culturas puedan vivir juntas.
Los seres humanos sin distinción de raza o cultura necesitan de humanidad en la sociedad en la que viven, de modo que puedan sentirse iguales ante la ley con los mismos derechos y deberes, de los que gozan otros miembros de sus comunidades, respetando su dignidad e identidad.
Es necesario por parte de todos un trabajo tenaz y paciente, donde la Iglesia sea fuente de inspiración y pueda hacer confluir los esfuerzos comunes afrontando dilemas que están en la base de las dificultades de su integración.
El documento “Orientaciones para una pastoral de los gitanos” del Pontificio Consejo para la Pastoral de los Emigrantes e Itinerantes (8 de diciembre de 2005) sigue siendo una referencia fundamental, ya que ofrece importantes líneas de trabajo que son el resultado de una labor contínua y conjunta, en vistas a reconocer como etnia a estas personas en los países en los que viven, y la Iglesia tiene esta tarea fundamental, anunciando el Evangelio y apoyando su educación, salud, empleo y vivienda.