El Obispo de Roma con la escuela italiana

(RV).- Más de 300 mil personas, entre estudiantes, profesores y padres de familia colmaron la tarde del sábado la plaza de San Pedro y alrededores para el esperado encuentro del Obispo de Roma con las escuelas italianas, en el marco del evento : “La Iglesia por la Escuela”; promovido por la Conferencia episcopal italiana, que reúne no solamente a los institutos católicos, sino a todos los centros del país.

El Santo Padre a bordo del papamóvil ha recorrido la Plaza y Vía de la Conciliación, saludando y bendiciendo a miles de fieles y peregrinos. En su discurso les ha agradecido este encuentro a maestros, personal no docente, alumnos y familiares, y ha reservado un especial saludo a todos aquellos que han colaborado y lo han hecho posible.

Su Santidad ha proseguido manifestando que aunque a veces las cosas no funcionan, lo importante es dar testimonio, y ha citado que en la diócesis de Buenos Aires se encontraba a menudo con el mundo de la escuela y que siempre había alguien que te ayudaba a crecer.

El mundo escolar es sinónimo de apertura a la realidad, significa abrir la mente y el corazón, a la riqueza de sus aspectos y dimensiones, nos enseña a entender, como lo hacía el educador italiano, que era sacerdote, Don Lorenzo Milani. También, es un lugar para la cultura del encuentro en el que estamos en camino poniendo en marcha un proceso, activando una vía con el apoyo del personal asistente. Los padres encuentran a los profesores, el director a las familias, para conocernos y caminar juntos. Y esto es fundamental precisamente en la edad del crecimiento, como un complemento del entorno familiar, núcleo de relaciones que nos acompaña en la vida, conocemos personas diferentes a nosotros, por edad, procedencia y capacidades. La familia y la escuela son complementarias, y por lo tanto es importante que colaboren, en el respeto recíproco.

Y finalmente porque nos educa en lo verdadero, la educación es positiva, nos enriquece, por eso es muy importante cuidarla para desarrollar el sentido del bien. Y esto ocurre a través de nuestro desarrollo, inteligencia, conciencia y afectividad. De esta manera cultivamos las diversas disciplinas y aprendemos su dimensión. Y estos elementos juntos nos ayudan en la vida, también cuando estamos mal en medio de los problemas porque no solamente aprendemos conocimientos y contenidos, sino también costumbres y valores.

(RC – RV)

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