Homilía del Santo Padre en Caserta

(RV).- El Papa salió del Vaticano en helicóptero en torno a las 15 h. hacia el helipuerto del Palacio Real de Caserta, cerca de Nápoles, donde fue recibido por monseñor Giovanni D’Alise, obispo de la diócesis. Desde allí se desplazó en coche hasta la Capilla Palatina para encontrarse con el clero.

El Santo Padre habló del ejemplo que los obispos deben dar sobre la unidad de la Iglesia, cada uno con su carisma y modo de pensar, sin que ninguno pierda su propia personalidad. También, recalcó sobre la piedad popular que nace de ese sensus fidei del que habla la encíclica Lumen Gentium y que guía la devoción a los santos, la Virgen y sus expresiones populares. Otra de las cuestiones tratadas fue la identidad del sacerdote que debe encontrar en la oración la respuesta a sus dudas. Por último, se refirió al fundamento de la espiritualidad señalando la capacidad de contemplación de Dios y el sentido de pertenencia a la comunidad, que fundamentan la relación evangélica y espiritual entre obispo y presbítero.

Después, más de dos cientos mil fieles participaron en la misa que presidió Francisco I en la plaza adyacente al palatino, en la fiesta de Santa Ana, patrona de la ciudad, que reunió a los diversos componentes de la comunidad diocesana, autoridades civiles y representantes de varias realidades sociales y eclesiales.

El Papa exhortó a vivir esta celebración libre de cualquier condicionamiento, como expresión de la fe de un pueblo que se reconoce hijo de Dios y reafirma sus vínculos. Y señalando las palabras del Magnificat : “Derribó a los poderosos de su trono y elevó a los humildes. Colmó de bienes a los hambrientos y despidió a los ricos con las manos vacías” (Lc 1, 51-53); ha establecido así toda una declaración de intenciones de su pontificado dedicado a los más marginados por la sociedad de hoy.

Al final de su homilía ha rogado a la Madre del Señor que nos ayude en el camino de la salvación de las almas teniendo a Jesús como a único redentor, para que nos enseñe a descubrir los criterios del actuar cristiano y sus juicios de valor ante un mundo más necesitado que nunca del mensaje evangélico que debe ayudar a los pobres de espíritu.

La mañana del lunes, 28 de julio, Su Santidad volverá a Caserta sobre las 10.15 h. para encontrarse de forma privada con el pastor Giovanni Traettino, obispo de la Iglesia evangélica de la reconciliación en Italia, conocido del sumo pontífice cuando era arzobispo de Buenos Aires en Argentina.

(RC y RM – RV)

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