(RV).- El Santo Padre reitera su constante preocupación e interés por la situación que viven cientos de miles de cristianos iraquíes que han tenido que huir de sus tierras por causa de la guerra civil en el país.
Por esta razón, ha mantenido comunicación telefónica con el sacerdote Don Behanam Benoka, que trabaja en un campo de refugiados de Ankawa, y que le había escrito una carta personal explicándole la trágica situación que sufren en esta atormentada nación, agradeciéndole sus incesantes llamamientos para que se ponga fin a la violencia.
De este modo, el sumo pontífice le ha asegurado toda la ayuda humanitaria posible ante tanto dolor, también su cercanía espiritual y bendición apostólica, así como sus constantes oraciones.
(CdM – RV)