El Obispo de Roma con la Congregación para el Clero

Ciudad del Vaticano, 3 octubre 2014 (VIS).- El Santo Padre ha recibido esta mañana, en la sala Clementina, a los participantes en la Asamblea Plenaria de la Congregación para el Clero, y en su alocución se ha referido a la vocación como un don de Dios para quienes son elegidos por Él para seguirle en el estado de vida consagrada, situación que requiere de discernimiento para saber quien está llamado al ministerio por el bien de todo el pueblo de Dios, incluso de aquellos que se han alejado de la práctica religiosa o no profesan la fe en Cristo para lograr su conversión.

Francisco I ha añadido que al mismo tiempo, toda la comunidad cristiana debe proteger estas vocaciones, destinadas a su servicio, con la tarea de promoverlas y acogerlas con la gracia del espíritu, porque los cristianos tenemos en lo que se refiere a la formación espiritual, el deber de custodiarlas y hacerlas crecer para que den sus frutos. Y ha destacado que Jesús llamaba a sus discípulos, diciéndoles: “Ven y sígueme, haz como hago yo”; método que también hoy la Iglesia adopta para sus ministros.

Por último, ha hablado de la evangelización como la auténtica misión de todos los ordenados, y en todas sus formas, destacando su testimonio de comunión como lo más esencial e importante de su labor apostólica.

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