Mensaje para la XXX Jornada Mundial de la Juventud

Ciudad del Vaticano, 17 de febrero 2015 (VIS).- Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios, es el título del mensaje del Santo Padre para la XXX Jornada Mundial de la Juventud que se celebra todos los años el Domingo de Ramos.

Este año el Papa prosigue la reflexión sobre las bienaventuranzas después de haber abordado en los mensajes anteriores su significado y el llamamiento de Jesús a buscar la salvación, partiendo esta vez de los primeros capítulos del Libro de Génesis que nos presentan la comunión con Dios y su naturaleza de la creación.

Francisco I habla del anhelo de la felicidad en Cristo, analizando en qué consiste la bondad de corazón, que la Biblia considera el centro de los sentimientos e intenciones de la persona, consistiendo fundamentalmente en la búsqueda de la santidad o en la ausencia de pecado, como el odio, la codicia, la envidia u otros.

También, recuerda que Jesús nos llama en cualquier situación o lugar donde nos encontremos, de ahí la importancia de la oración, la lectura de las sagradas escrituras y la práctica de los sacramentos, todo lo cual, nos ayudará a conocer mejor al Señor y su voluntad, descubriendo así nuestro proyecto de vida.

Finalmente, el sumo pontífice concluye recordando que con la Jornada Mundial de la Juventud de este año comienza la última etapa del camino de preparación de la próxima cita de los jóvenes en Cracovia, en 2016, 30 años después de que Juan Pablo II la instituyese como peregrinación juvenil a través de los continentes, bajo la guía del Sucesor de Pedro.

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