(RV).- Francisco I alentó a la Asociación católica internacional al servicio de la juventud femenina, con su cordial bienvenida, agradeciendo la importante misión que desarrollan y pidiendo que sean testimonios creíbles de fidelidad a la vida humana y su dignidad.
De este modo, expresando su gratitud por el generoso compromiso con las jóvenes que viven en precariedad y sufrimiento, por su creciente número y múltiples formas de pobreza, ha señalado que estas situaciones deben interpelarnos o suscitar la ayuda que necesitan.
Asimismo, el Santo Padre ha señalado que mediante sus actividades permanentes de acogida y a través de una reflexión para afrontar los nuevos desafíos generados por el mundo de hoy, como el fenómeno migratorio, la acción que llevan a cabo para servir a los demás, es el testimonio de la auténtica fe en Jesucristo.
Las personas a las que ayudan tienen ante todo necesidad de atención, y este es el desafío de su apostolado que hace tanto bien. Así podrán hacer crecer en confianza, a encontrar puntos de referencia y a progresar en los valores evangélicos.
Al mismo tiempo, el Papa expresó que a pesar de sus dificultades, lo importante son las virtudes esenciales, como la fraternidad y solidaridad, destacando la importancia de su compromiso misionero.
Y finalmente, encomendándoles al amparo de la Virgen María, el Obispo de Roma les exhortó a perseverar en el anuncio del Evangelio, teniendo en consideración la diversidad de culturas y tradiciones religiosas.
(CdM – RV)