Las nuevas santas, signo de esperanza para la iglesia

(RV).- La mañana del 17 de mayo, VII domingo de Pascua, en el día de la XLIX Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales que celebra la Iglesia en una festividad dedicada a la Ascensión del Señor, en una Plaza de San Pedro abarrotada de peregrinos, el Papa presidió la Santa Misa de canonización de cuatro nuevas Santas : Juana Emilia De Villeneuve, María Cristina de la Inmaculada Concepción, María Alfonsina Danil Ghattas y María de Jesús Crucificado; estas dos últimas originarias de Tierra Santa, desde donde llegó una delegación con más de dos mil personas, guiada por el Patriarca Latino de Jerusalén, Fouad Twal, y donde también estuvo presente el Presidente palestino, Mahmoud Abbas.

En su homilía el Santo Padre exhortó a permanecer fiel a Dios y a anunciar con la palabra, así como la propia vida, la resurrección de Jesús, testimoniando la unidad de los cristianos. Y con este propósito, recordó que esto es lo que han hecho las cuatro nuevas santas proclamadas, porque su ejemplo interpela nuestra fe cristiana.

Posteriormente, Francisco I al mediodía antes del rezo del Regina Coeli, con los fieles presentes ante la Basílica Vaticana, ha saludado especialmente a los procedentes de Palestina, Francia, Italia, Israel y Jordania, refiriéndose a los Cardenales, Obispos, sacerdotes e hijo/as espirituales de las canonizadas hoy, pidiendo que Cristo conceda por su intercesión un nuevo impulso misionero a sus respectivos países de origen e inspirados en su modelo de caridad, mirando al futuro con esperanza y continuando el camino de la solidaridad y convivencia.

Al finalizar, el sumo pontífice ha hecho extensivo su saludo a las familias, grupos parroquiales, asociaciones y escuelas, dirigiendo un pensamiento especial a los fieles de la República Checa, reunidos en el santuario de Svaty Kopećek, en Olomouc, que conmemoran los veinte años del viaje apostólico de Juan Pablo II, señalando que en Venecia ha sido proclamado beato el sacerdote Luigi Caburlotto, párroco, educador y fundador de las Hijas de San José, que condujo una obra espiritual y apostólica, dedicada al bien de las almas.

Por último, el Obispo de Roma rezó por el pueblo de Burundi, para que Señor lo ayude a evitar la violencia y a actuar responsablemente por el país, e invocando a la Virgen Maria, Madre de la Iglesia, rogó su protección.

(RM – RV)

 

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