21 enero 2011, 21:35

El conflicto bélico pakistaní y la intervención extranjera

La Comisión de derechos humanos de Pakistán en la ceremonia inaugural de la Campaña Nacional para la Paz en Lahore, que se hizo pública en los medios de comunicación el 19 de enero del 2011, IA Rehman, secretario general, declaró que no puede haber paz sin unidad contra las armas porque hay más de 20 millones en situación de curso ilegal. El Ministro para los Derechos Humanos, Mumtaz Gillani, dijo que el gobierno de Pakistán necesita la ayuda de la comunidad internacional para detener el flujo de armas en el país.

Asimismo, en el contexto de la ayuda internacional, el Banco Mundial con el fin de recuperar las zonas devastadas por una década de conflictos bélicos en la región de Khyber-Pakhtunkhwa, o las áreas tribales de la FATA – Federally Administered Tribal Areas, sistema de administración de territorios que tiene su origen en la época colonial británica, cofinanciará a través del Multi-Donor Trust Fund (MDTF) con sede en Washington, inversiones económicas para el desarrollo de la región con el fin de compensar las pérdidas causadas por la guerra entre el ejército paquistaní y los grupos de Al-Qaeda o talibanes.

Por otra parte, Waziristán del Norte donde se estima podría producirse un mayor incremento de la futura actividad insurgente de los talibanes y del ejército conjunto estadounidense, las tribus se están movilizando contra los Estados Unidos y su Agencia Central de Inteligencia (CIA), a quienes consideran responsables de los ataques con misiles a lo largo de la frontera afgano-pakistaní sobre todo en el noroeste del país. Pakistán tácitamente coopera con la campaña de bombardeos, que militares del mando liderado por EE.UU. creen que debilitan a Al-Qaeda, pero que por el momento se ha estancado en el lanzamiento de una ofensiva terrestre en Waziristán del Norte, afirmando que sus tropas están al límite.

El combustible y material logístico de la OTAN que son a menudo blanco de ataques incendiarios atribuidos a insurgentes que intentan perturbar el corredor de abastecimiento desde el puerto de Karachi al paso de Khyber, se ha centrado en otra de las líneas de suministro clave que cruzan la frontera occidental de Pakistán con destino a las tropas del ISAF en el vecino Afganistán, se trata del corredor de provisiones de Quetta. La mayoría de los suministros y equipos requeridos por las tropas extranjeras se envían a través del país suarasiático, aunque las tropas de EE.UU. hacen cada vez más uso de rutas alternativas a través de Asia central.

 
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