Roguemos a Dios con oraciones, misas y limosnas por los millones de niño/as que la ley Aído en España pretende abortar, y también para que los obispos españoles excomulguen al Rey, a lo/as legisladore/as y político/as, a todo/as aquello/as que por activa o pasiva, directa e indirectamente, son responsables de esta matanza.
En recuerdo de Balduino y Fabiola de Bélgica, que abdicaron con el fin de no prestar apoyo a la despenalización del aborto en su país.