31 octubre 2012, 19:30

Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá.

Helena Fandiño de Sarmiento. Catequista (Barranquilla, Colombia).

Les puedo compartir como Colombiana que éste es un país Mariano por excelencia; algunos por religiosidad, otros por convicción profunda y sincera, pero unos y otros amamos a la Virgen María. Y en este tiempo de violencia y pecado, ella es siempre un signo de Amor y Unidad.

Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá es nuestra Patrona y fue consagrada Colombia a ella, por el Papa Juan Pablo II, en Julio 3 de 1986 en su visita a la Basílica de Nª Sª de Chiquinquirá, ubicada en esta ciudad en el departamento de Boyacá.

La historia cuenta que en 1560 Don Antonio de Santana, quiso tener una pintura de la Virgen del Rosario y así fue que Don Alonso de Narváez, pintor español, la pintó sobre una tela indígena en compañía de dos santos, San Andrés y San Antonio, uno de cada lado. San Andrés sostiene la Cruz y la Palabra de Dios y San Antonio sostiene al Niño. La imagen de la Virgen está coronada y la rodean 12 estrellas unidas entre sí. La Virgen está mirando al Niño y a un pajarito que tiene en su mano sostenido en su dedo; ambos muestran un Rosario.

Este cuadro se colocó en la Capilla de Antonio Santana, pero la humedad y el descuido lo fue deteriorando y desdibujó las caras. Al morir don Antonio, fue abandonado y el lugar se utilizó para colocar allí granos y ponerlos al sol para secarlos. Vino entonces una española llamada María, familiar de los Santana, mujer piadosa y devota de la Virgen a quien invocaba todos los días y pedía paz y consuelo porque vivía triste por estar lejos de su tierra. Esta mujer cristiana, limpió el cuadro con mucho cuidado y amor, y lo colocó en un sitio especial de la derruida Capilla de la familia Santana. Frecuentaba ese lugar Isabel, una mujer indígena devota de la Virgen, y su hijito. Se acercó para orar y descubrió con sorpresa que toda la Capilla estaba iluminada por un resplandor hermoso que procedía del Cuadro de Nuestra Señora … Había ocurrido el Milagro y el cuadro estaba restaurado y aparecía bello ante ella. María e Isabel se postraron y dieron alabanza a la Madre y glorificaron a Jesús.

Desde entonces asisten miles de fieles devotos a rogar y venerar esta preciosa imagen y se estableció el 9 de Julio para celebrar su fiesta patronal. El cuadro no ha sido restaurado y luce hermoso y lleno de colorido y belleza a pesar de los siglos que han pasado desde que ocurrió esta manifestación de la Virgen.

Espero, queridos amigos, que a grandes rasgos tengan una idea de esta herencia de Fe tan apreciada por nosotros los colombianos, y que como países hermanos nos sintamos cada vez más unidos por el amor maternal de Nuestra Madre María, que aparece en cada país con unos signos diferentes, pero que al final su mensaje es siempre el mismo que en Fátima: ORAR, REPARAR, CONVERTIRSE Y AMAR A SU HIJO JESÚS …

Notas y textos.

El libro Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá, historia de una tradición, de Julio Ricardo Castaño Rueda (Fundación Editorial Epígrafe. Bogotá, D.C., Colombia. 2005), es el resultado de una tarea de andariegos. La investigación parte de la necesidad de explorar los secretos que guarda la memoria cultural colombiana. La historia y la iconografía se conjugan en un inventario de datos que invitan a peregrinar por la Colombia de los abuelos.

El estudio recopila información desde el siglo XVI hasta el presente. El objetivo de la investigación se desarrolla en dos campos: el tiempo y la pintura. La cronología muestra la importancia de la Virgen chiquinquireña en el crecimiento social colombiano. Y la iconografía establece cómo la imagen de María boyacense traspasó las fronteras de Colombia. La presente edición está catalogada por los expertos en el tema como una obra sin par dentro de la mariología.

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