27 septiembre 2012, 17:20

Israele Zoller y Eugenio Pacelli.

Extracto refundido del libro del periodista J.P. Gallagher: Púrpura y Negro; de Ediciones Palabra. Madrid (1985). La versión original de este libro apareció en Souvenir Press Ltd. London con el título “The Scarlet Pimpernel of the Vatican”.

En el Hospicio de Santa Marta, se encontraban las legaciones ante la Santa Sede, a excepción de la planta baja ocupada por las oficinas del Vaticano, se hallaban en el primer piso, diplomáticos yugoslavos, en la segunda, el Encargado de Negocios de EE.UU., Mr. Harold Tittmann y su delegación, en el tercero, la legación francesa, en la cuarta, la británica con Sir Francis Dodolphin D´Arcy Osborne, Ministro Plenipotenciario inglés ante el Vaticano y su mayordomo, John May.

En el Colegio Alemán o Teutónico, donde se escondieron bastantes evadidos residían judíos, rusos y austríacos,… la princesa italiana Niní Pallavacini, y otras destacadas personalidades como Carl Testa y el historiador Hubert Jeding, así como el mismo Monseñor O´Flaherty, gran conocedor de la sociedad romana que junto a John May, informante clave y profundamente familiarizado con la gente del pueblo, desempeñaron una labor secreta sin precedentes desde las catacumbas cristianas.

Monseñor O´Flaherty con el consentimiento implícito del Papa Pío XII, John May con la ayuda extraoficial de Sir Francis D´Arcy, y el Conde Sarsfield Salazar de la legación Suiza, constituyeron la Junta Tripartita, que se encargaría de refugiar y mantener escondidos en conventos y monasterios, en la misma ciudad del Vaticano con un millar de habitaciones, y en domicilios secretos de ciudadanos romanos, a miles de personas evadidas, durante la ocupación de Roma, y bajo amenaza de ejecución de quienes dieran cobijo a prófugos.

El 28 de septiembre de 1943, los nazis exigieron a la comunidad judía de Roma, dos millones de libras esterlinas en oro, y posteriormente los detendrían y deportarían. En poco más de 24 horas, la nobleza romana a instancias del Papa Pío XII había logrado reunir dicha suma, así como sufragado él mismo una cantidad importante. Al terminar la guerra, el Gran Rabino de Roma, el Dr. Zolli, que no había dudado en pedir ayuda a Pío XII, y había permanecido oculto en el Vaticano, se convirtió al catolicismo.

Su gratitud hacia el Santo Padre, por salvar a miles de judios y su propia vida, y su estrecha relación en el Vaticano durante la II G.M. (el 15 de agosto de 1944, Israele Zoller, su apellido original, casi un año después del 28 de septiembre de 1943 manifestó por primera vez, y confidencialmente al rector de la Universidad Pontificia Gregoriana de Roma, el padre Paolo Dezza S.I., que llegaría a ser cardenal, su intención de hacerse cristiano) le decidieron convertirse al catolicismo, culminando en Eugenio Zolli y con el mismo nombre propio del Sumo Pontífice (Cardenal Eugenio Pacelli) en la pila bautismal de la capilla de la Iglesia Santa María de los Angeles (13 de febrero 1945) su adhesión a la Iglesia Católica, Apostólica y Romana (su esposa Emma, añadió a su nombre María por la Iglesia en que ambos se bautizaron el mismo día).

Nota de autor.

Apéndice del trabajo de docencia e investigación de Amenós, J.M. y Correa, M.A. Psicología y Martirio : Los mártires cristianos del s. XX en la IIª Guerra Mundial. Conferencia del VI Congreso Virtual de Psiquiatría (1 al 28 febrero 2005), Universidad de Islas Baleares. En Amenós, J.M., Carrére, G., Castellanos, J., Correa, M.A., García-Roca, F.J., Mandingorra, J. y Martínez, C. (2007). Ética, Psicología y Cristianismo. Enciclopedia y Biblioteca de Ciencias Jurídicas, Económicas y Sociales. Facultad de Derecho. UMA – Universidad de Málaga (España).

Continuación …

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