30 marzo 2013, 5:50

La crisis de identidad del Banco Vaticano.

Desde hace años nos preguntábamos porque razón Benedicto XVI no ha recibido el Premio Nobel de la Paz por sus esfuerzos de pacificación en conflictos como el palestino-israelí, y hace escasos días comprendimos la razón aunque nos pese, esta distinción solamente se ha otorgado a la Iglesia y en el pasado al dominico Georges Pire (1958) y la Madre Teresa de Calcuta (1979).

Sigue siendo significativo y sirva a modo de ejemplo que el Premio Nobel de la Paz concedido en 1958, a Georges Henri Pire, año del fallecimiento de Pío XII, es un reconocimiento a la labor humanitaria de la Iglesia católica durante y después de la II Guerra Mundial con la población judía en el continente europeo. Un héroe que fue capellán en el movimiento de resistencia antinazi y colaboró en el servicio de inteligencia, cuyos fondos del galardón fueron destinados a fundar una aldea en Noruega con el nombre de “Ana Frank” en memoria de esa joven mártir judeo-holandesa que se transformó en el símbolo de la lucha contra el nazismo.

Del lema “Opus Iustitiae Pax” (1939) de Pío XII, las encíclicas “Populorum Progressio” (1967) de Pablo VI y “Sollicitudo rei Socialis” (1987) de Juan Pablo II, se desprende que el desarrollo es el nuevo nombre de la paz, y que en el ámbito del humanismo cristiano tiene su propia identidad teológica en la Iglesia católica, siendo sus máximos exponentes Georges Pire, y Gonxha Bojaxhiu o Teresa de Calcuta.

No obstante, el reciente nombramiento del nuevo Presidente del Banco Vaticano, el abogado alemán, Ernest von Freyberg, nos ha hecho lamentar que se confíe el control de las finanzas a un constructor naval que desde 2012 ha detentado la presidencia de la naviera Blohm & Voss conocida por sus astilleros en Hamburgo (Alemania) y que se ha dedicado a la construcción de buques de guerra, porque la conclusión más obvia de este nombramiento es que empaña la imagen de Benedicto XVI como amante de la paz.

Joseph Ratzinger, antes de asumir su pontificado en 2005, era conocido como el “Cardenal de hierro”, por su férrea defensa de la ortodoxia cristiana y merecedor del máximo galardón de la Academia Sueca por sus esfuerzos de pacificación durante casi ocho años de pontificado, pero lamentablemente por estar mal aconsejado y en el momento de la elección del presidente del Instituto para las Obras de Religión (IOR) se ha visto comprometido con este nombramiento justo antes de retirarse de la vida pública, renuncia que se hizo efectiva a partir del 28 de febrero del 2013 como así expresó su deseo.

El Papa emérito no merece este final de pontificado, todo lo contrario a la contratación de un aristócrata con vínculos en la industria militar aunque pertenezca a la soberana orden militar de Malta, lo más justo hubiera sido recibir el Premio Nobel de la Paz, o cuando menos hacer abandonar la naviera al nuevo superintendente antes de elegirle para un cargo que a nuestro entender no se podía compatibilizar con el Banco Vaticano, porque ejercer de Presidente de Blohm & Voss vincula sus proyectos directamente con Thyssenkrupp Marine Systems y la armada de Brasil, lo cual nos parece inadecuado.

Sin embargo, y aunque el portavoz de la oficina de prensa de la Santa Sede, Federico Lombardi, ha desmentido la relación del nuevo presidente electo del Consejo de Superintendencia del IOR (Instituto para las Obras de Religión), el barón alemán Ernest von Freyberg, que desde 2012 ha presidido Blohm & Voss, con actividades vinculadas a la ingeniería militar, es obvio que al comunicar su desmentido ha obviado por desconocimiento la conexión de la marina de Brasil con la TKMS y Blohm & Voss de Alemania que están desarrollando el proyecto Prosuper.

Concretamente, la TKMS a través de Blohm & Voss con una comprobada experiencia en transferencia “know how” de tecnología para la construcción de navíos de guerra, suministrará sus conocimientos técnicos a la armada brasileña. Esto indica que se ha dado el visto bueno para ocupar el reciente cargo y nombramiento a una persona de la que no conocían sus implicaciones en la industria naval.

Con independencia de la fabricación de buques de guerra durante la II Guerra Mundial, la empresa Blohm & Voss hasta finales del siglo XX ha participado a través de sus astilleros en planes nacionales de construcciones navales como las del Comando General de la Armada Argentina, y aunque el barón Ernest von Freyberg no fue su presidente hasta fechas recientes en 2012, es evidente que con el programa Prosuper brasileño estaría relacionado con la industria militar.

Nuestra opinión es que para actuar libremente como buen administrador de unos fondos que deben estar totalmente gestionados por la Iglesia, libres de toda sospecha y con el fin de cumplir las Normas ISO (International Standards Organization) sin incompatibilidades profesionales que lo relacionan con programas militares, solamente bastaba con que el barón Ernest von Freyberg renunciara a su puesto en Blohm & Voss antes de comunicarle su nuevo cargo. Así pues, con el mantenimiento del Banco Vaticano, certificado por el informe “MoneyVal” del Consejo de Europa, esto hubiera sido suficiente.

Para más información : MoneyVal : La Santa Sede certificada tras la auditoría del Consejo de Europa.

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