6 enero 2008, 22:35

Un estudio etológico y espacial con variables ambientales (I). 

Departamento de Psicología Social (en colaboración con el Departamento de Psicología Fisiológica). Facultad de Psicología. Universidad Central de Barcelona (España). 

Cuadernos de Psicología, núm. 8 (2), 1984. Facultad de Psicología. Universidad Autónoma de Barcelona (España). 

Autores: Juan José Tharrats Pascual. Psicólogo Clínico por la Universidad Central de Barcelona (España). José María Amenós Vidal. Psicólogo Clínico y Social (docencia e investigación desde 1984) por la Universidad Central de Barcelona (España). Miembro fundador y Administrador FPC. 

Fundación Psicología y Cristianismo. c/ Museo, núm. 26 – 1º 1ª. 08912. Badalona (Barcelona). España. e-mail : info@psicologos.tk – url : www.psicologos.tk 

Índice. Resumen. Introducción. La unidad natural. Objeto de estudio. Metodología observacional. Estadística, resultados y conclusiones. Comentario y discusión. Agradecimientos. Bibliografía. 

Resumen.

"Apartándose de un pasado de armonía natural, por adaptación a las exigencias del medio, el individuo se encuentra confrontado con el problema de asumir la responsabilidad de su porvenir en un medio ambiente transformado" (G.E. Bourgoignie, 1976).

Introducción.

Partiendo del interés que despierta toda la problemática de la Psicología Ambiental, que considera las adaptaciones que existen entre el entorno físico, el sistema social y la conducta, pretendemos aportar un enfoque novedoso y estimulante, en el campo de la Etología.

En la investigación básica, algunos etólogos han realizado el estudio de cómo los animales se adaptan y controlan su medio ambiente, segmentando el "flujo de conducta" en patrones conductuales, caracterizados por una relación espacial entre el organismo y la topografía física. El presente estudio pretende hallar los patrones regulares eto-espaciales en función de las variables ambientales. Bajo este supuesto, un contexto medio ambiental influencia la conducta de los individuos y ejerce efectos sobre el funcionamiento de los grupos. Según Petrinovich (1979), la Etología clásica y la aproximación brunswikiana enfatizan la necesidad de estudiar el comportamiento en situaciones naturales. Mientras el etólogo cataloga las conductas de los animales construyendo un etograma, el brunswikiano registra los datos más importantes del medio ambiente dando preferencia a la significación ecológica. Por esta razón, aplicaremos los conceptos básicos de la “Escuela Ecológica” de R.G. Barker (1968-78) relacionados con la Psicología Ambiental. Nos referimos específicamente a behavior setting y sinomorfia, que establecen una interacción ordenada entre organismo y medio ambiente, como esquema socioespacial, necesarios para conocer los factores ecológicos de potencial importancia en la causación, regulación y organización del escenario de conducta.

Varios autores citados por Kaminsky (1979) afirman que la Psicología Ambiental se aparta de los experimentos de laboratorio y aplica procedimientos naturalistas, es decir, efectúa su trabajo científico y práctico en situaciones naturales. Como tal, consideraremos una comunidad de papiones del Zoológico de Barcelona y analizaremos la conexión existente entre espacio, conducta y ambiente que se establece en el contexto artificial de un foso, entendido como unidad natural de estudio. De esta forma, y dadas las características especiales de hacinamiento en cautiverio, se esperan cambios importantes de conducta social con respecto al estado en libertad de los papiones, así como se harán notar los efectos de los estímulos ambientales que inducen diferentes usos del espacio, e indirectamente, ciertos grados de tensión. Básicamente, se tratará de analizar : las secuencias de interacciones, entre individuos y estímulos, los mecanismos de feed-back, entre individuos, y las relaciones sinomórficas, entre conductas y espacio. Todo ello en el behavior setting en cuestión, eje central para comprender las influencias situacionales sobre la conducta.

La unidad natural.

La descripción de la unidad natural o contexto ambiental se refiere a un foso circular de 15 m. de diámetro y 5 m. de profundidad, de 350 m2 en el que se hallan 45 papiones : hamadryas y anubis. En el interior se disponen escalonadamente varias plantas, con una estructura metálica central de 12 m. de alto. Las variables ambientales ( VA ) que se considerarán son aquellos eventos estimulantes que tienen algún tipo de efecto eto-espacial. Con esto queremos indicar que los estímulos ( E ) escogidos condicionan un cierto uso del espacio por parte de los papiones; entre ellos, la VA : sol,  variable crucial que a priori condiciona la ocupación de ciertos espacios; y varios E : internos al foso, como la conducta vocal, agonística y/o anagonística de los papiones, y otros de índole externa al foso, como la conducta verbal humana, la comida arrojada al interior, o la propia agua que se utiliza para limpiar los restos y desperdicios. En su conjunto, todos ellos ejercen aparentemente influencia en el desplazamiento de los papiones por el espacio del foso.

Objeto de estudio.

En principio, se parte de tres elementos que parecen interactuar: el espacio, los E ambientales y la conducta de los papiones.

La premisa de la que parte el planteamiento global considera que la influencia del sol es determinante en la ocupación de un espacio específico, y que los E externos y/o internos reforzantes, porque provocan la atracción de los papiones a la fuente original de E, o aversivos, por provocar su evasión, el espacio inicial y final del movimiento tenderá siempre a ser un lugar con sol, y el mayor número de conductas sociales se hallará específicamente en estos mismos espacios iluminados. Claro está que las observaciones han sido realizadas en la época más fría del año, de noviembre de 1982 a mayo de 1983, y que parece evidente que los espacios más utilizados serán con sol, para el propio control homeotérmico de los papiones. No obstante, el objetivo básico de nuestro planteamiento parte del supuesto mencionado, y lo afirma hasta el punto de considerar que el conjunto de la organización de la conducta social en el espacio es portado exclusivamente por la significación ecológica de la luz térmica ambiental. Por todo ello, no es el sol únicamente una variable ambiental que permite conservar el calor del animal, sino que, además, constituye el factor por excelencia que organiza la conducta social en el espacio, induciendo el uso de determinados mapas conductuales y condicionando la ocupación de determinados espacios, así como, provocando que la casi totalidad de la conducta social y de los grupos formados se halle en estos lugares. Esto indica, en último término, que el sol adquiere también el significado de inducir aglomeración, puesto que los papiones a priori parecen preferir estar apiñados en contacto con el sol que más desenvueltos y en la sombra. Lo cual parece potenciar el hacinamiento que ya de por sí existe en el cautiverio, provocando un exceso de conductas anómalas y/o conflictivas que no se dan en libertad, y un exceso de comunicación que, en su conjunto, traduce altos niveles de estrés.

Metodología observacional.

Se utilizó una plantilla de observación gráfica, en la que se incluía una visión en picado (planta) y otra en frontal (alzado). En esta se marcaron los grupos de sujetos escogidos al azar en cualquier situación temporal. Es decir, esta primera plantilla tenía la función de distribuir a los papiones en los espacios que ocupaban normalmente. Así, cuando en un grupo observábamos sus conductas, se marcaban gráficamente todos aquellos grupos que se encontraban en el momento inicial de la observación, y cuando el grupo se consideraba extinguido en una situación final, se volvía a marcar a los individuos en los espacios actuales. Los espacios considerados con sol y sin sol, es decir sol y no-sol, fueron divididos en dos períodos diferentes, de 10 a 12 horas, y de 12 a 14 horas. De esta forma, dos veces a la semana, seis meses seguidos, se obtuvieron los diferentes puntajes de las situaciones inicial y final del grupo escogido, en función de la VA sol y no-sol, en ambos períodos. Se continuó con los efectos de los E ambientales, internos y/o externos, reforzantes y/o aversivos, contabilizando numéricamente las diferentes ocupaciones del espacio en las diferentes situaciones, anotando gráficamente las ocupaciones de los espacios inicial, al comenzar el E, y final al extinguirse el E. Después, se estableció, en función de los puntajes frecuenciales, una jerarquía de ocupación espacial, con respecto al espacio sol y no-sol, tanto en el período de 10 a 12 horas, como en el de 12 a 14 horas, así como con respecto a las situaciones E.

Para las conductas sociales de los papiones, clasificamos a estas en función de la edad y el sexo. El grupo era escogido al azar, y se estudiaba desde la situación inicial hasta la final, dándose por terminado un registro cuando el grupo en cuestión quedaba extinguido por falta de papiones, o bien, si la pasividad del mismo era considerable, dando lugar a conductas estáticas y/o repetidas.

Llegados a este punto, se nos ocurrió comprobar una hipótesis que R.G. Barker y Wright ya afirmaron en el año 1955; se trata, simplemente, de que el 95 % de conducta observada en cualquier behavior setting implica, necesariamente, iguales grados elevados de movilidad por el espacio. De tal forma, buscamos tal relación entre el nivel de movilidad de los diferentes papiones y el grado en que realizaban conducta social. Para ello, se observó el nivel de movilidad ( NM ) desde el prisma interno y externo del grupo. Esto es el nivel intra-sujetos del grupo y el nivel extra-sujetos. En este último, se dará un nivel extra (+) cuando al grupo inicial se incorporan papiones, y un extra (-) cuando el grupo sufre una reducción grupal, a partir del grupo inicial. Asimismo, según la edad y sexo del papión, y su grado de movilidad por el espacio, se dará un mayor o menor índice de conducta social. Así, un grupo concurrido de papiones en constante movilidad ofrecerá índices mayores de conducta social que un pequeño grupo en tranquilidad, o viceversa, un reducido grupo de papiones en movimiento constituirá una mayor fuente de conducta social que un grupo mayor y más pasivo. Lo cual parece indicar que la existencia del factor nivel de movilidad es uno más que, junto al sol, contribuye a potenciar la comunicación y cohesión grupal, pero que, en ciertos grados extremos, puede provocar excesos comunicativos, con el consiguiente excedente de estrés.

Por otro lado, para catalogar las conductas que se producían en los grupos en función de la edad y sexo, nos servimos de un sistema de clasificación que incluía pautas de conducta molares, sin tratarse única y exclusivamente de sucesos discretos tónico-musculares, sino de expresiones globales y continuas del animal, con cierto carácter socioconductual. Así, no nos hemos limitado a una simple descripción física, en las que se agrupan pautas similares espacio-temporales de contracción muscular, sino a una descripción por consecuencia, que se usa cuando el comportamiento involucra eventos del medio y pone de relieve rasgos, como la orientación con respecto a las variables ambientales (Hinde, 1977).

Referencias de los dibujos.

1. Materno-Filial : Conducta de vinculación madre-hijo. Con variantes :
 
1.1. Amamantamiento. 

1.2. Cría transportada por la madre colgando de su regazo.

1.3. Cría montada en la espalda de la madre. Observable incluso en conductas agonísticas de la madre.

1.4. Conducta materno-filial estrictamente de protección.

2. Lúdica : Conducta que no necesita refuerzo y suele predominar en individuos jóvenes, con observaciones donde adultos también mantienen formas de juego.
 
2.1. Persecución sin agresión entre dos o más papiones.

2.2. Conductas self-lúdicas, tanto en individuos jóvenes como en adultos. Se entiende toda conducta de juego solitario, generalmente acompañada de algún objeto.

2.3. Conducta alo-lúdica, cuando intervienen dos o más papiones.

2.4. Conducta de frotar el suelo, considerada lúdica, o bien, no verbal, según la situación grupal.

3. Manutención : las conductas de tipo fisiológico básicas.
 
3.1. Dormir.

3.2. Comer. Se dan dos variantes : Comensalism y/o Vagabond-feeding. A diferencia del vagabundeo, el primero sigue una jerarquía social, donde los adultos tienen preferencia (dominantes aparte) sobre los individuos de estatus más bajo. Teóricamente esto suele darse en cautiverio.

3.3. Defecación, suele darse en lo alto de la estructura metálica.

4. Sexual : de tipo homosexual, masturbación o heterosexual. Cabe destacar las siguientes pautas :

4.1. Presentación de sexo. Invitación a montar.

4.2. Monta.

4.3. Conducta olfatoria de genitales.

4.4. Conducta de querer copular y recibir rechazo. Se observó en machos dominantes. Se acompaña de agarramiento de la cola de la hembra.

4.5. Masturbación.

5. Agonística.
 
5.1. De amenaza, incluye mirada fija, mostrar dientes, pelo erizado y golpes.

5.2. De ataque.

6. Anagonística.
 
6.1. Huída ante una conducta agonística.

6.2. Presentación de sexo.

6.3. Sumisión.

6.4. Búsqueda de protección. Se da en papiones pequeños.

7. Comunicación Verbal : emisiones guturales con signos comunicativos evidentes.

8. Comunicación no-Verbal.
 
8.1. Contacto afectivo.

8.2. Conducta de tipo exploratorio, como buscar comida o rascar el suelo.

8.3. Desplazamiento de seguimiento entre un macho y una hembra.

9. Grooming : desarrolla las relaciones sociales.
 
9.1. Self-Grooming (auto-espulgamiento) – individuo solo.

9.2. Alo-Grooming (espulgamiento mutuo) – dos o más papiones. Refuerza los lazos sociales.

10. Protección : ante conductas agonísticas o propiamente las materno-filiales, aquí incluídas en el conteo.

11. Expectativa : conducta pasiva en cuanto a movimientos.

Continuación …

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