10 octubre 2012, 1:50

La esquizofrenia social en el clero catalán.

En este breve artículo pretendemos exponer con meridiana claridad la perniciosa mentalidad que está fomentando el Arzobispado de Barcelona (España) quien se opone a la tradicional concepción que tiene la Iglesia de enfrentar el aborto, adoptando nuevas maneras que solamente consiguen que hacer proliferar con más y mayor agresividad los crueles actos de aborto provocado.

Todos estos sucesos han ocurrido en el pasado, y ante este talante moral cualquier iniciativa para oponerse al aborto o eutanasia están condenadas al fracaso, solamente esperamos que el Arzobispo de Barcelona, Cardenal Luís Martínez, se jubile pronto y pene sus culpas, porque mientras siga en su cargo sentiremos cada día más desolación.

Primero. Al Arzobispado de Barcelona se le ocurre desconvocar una manifestación provida en favor del Papa, prevista para el 4 de noviembre del 2010, al tiempo que el mismo Cardenal Luís Martínez en persona justifica en Barcelona TV el derecho de los concentrados contra el sumo pontífice a realizar sus protestas en el mismo sitio, día y hora, invitando a pesar de su rechazo a la consagración del templo de la Sagrada Familia para el 7 de noviembre, a Jorge Miralles de EUiA (Esquerra Unida i Alternativa) que convocó dicha marcha contra Benedicto XVI.

Segundo. En este contexto, el abad de Montserrat, José María Soler, en una de sus habituales reuniones del Fórum Europa acaba declarando a los medios de comunicación catalanes que acepta la regulación del aborto, y acto seguido en las siguientes semanas, el Arzobispo exonera de excomunión al sacerdote Manuel Pousa que ha pagado abortos.

Tercero. Se ha dado a conocer que el Hospital de Santa Cruz y San Pablo donde Archidiócesis, Ayuntamiento y Generalitat de Cataluña participan a partes iguales en su patronato, seguirá practicando interrupciones voluntarias de embarazos (IVEs), desoyendo la indicación de la Congregación de los Obispos de que debería retirarse de este centro sanitario, con el que además trabajan estrechamente médicos abortistas como el Dr. Joaquin Calaf, o proeutanasia como el Dr. Juan Monés, a quien y a pesar de haber sido denunciado le han permitido incluso conferenciar en parroquias de la diócesis con el fin de adoctrinar a sus fieles.

Si desea conocer de primera mano las más recientes y mayores transgresiones en la historia del derecho eclesiástico, relativas a la pena de excomunión por aborto, le indicamos el siguiente contenido documental.

Alois III von Liechtenstein vs. Juan Carlos I de España.

Alois III, príncipe de Liechtenstein desde 2005, ha abierto el camino para los monarcas europeos negándose a aceptar la despenalización del aborto en su país, y en este momento no se trata de abdicación, como en el caso de Balduino I de Bélgica para impedir su rúbrica en 1990, sino de vetar la ley (…), de modo que sin su firma no podrá entrar en vigor y la interrupción voluntaria del embarazo seguirá siendo penada con cárcel en todo el territorio e incluso para aquellas madres que hayan realizado abortos en suelo extranjero.

Un caso similar se produjo en la República de Uruguay en el que no existe una monarquía constitucional, sino un sistema parlamentario en el que la máxima autoridad del país la desempeña el presidente de la nación en funciones. Asimismo, Tabaré Vázquez ejerciendo su derecho a vetar la ley que fue aprobada en el parlamento, impidió su aplicación en 2008.

En España, la casa real de los Borbón ha sido declaradamente antivida y más desde que el Rey Juan Carlos I, promulgó con su firma la entrada en vigor para el 5 de julio del 2010 de la ley sobre salud sexual y reproductiva e interrupción voluntaria del embarazo que ha representado la mayor y más virulenta liberación del aborto de las legislaciones en monarquías europeas, y por cuyo delito canónico, es decir, por declararse católico y abortista, debería estar excomulgado.

Sin embargo, la Conferencia Episcopal Española a causa de Cardenales como por ejemplo, el Arzobispo de Barcelona, Luis Martínez, que se dice nacionalista catalán con fuegos de artificio, pero que es manifiestamente borbónico y que cuando puede contraviene la legislación eclesiástica con el fin de no aplicar el canon 1398 en situaciones de flagrante criminalidad, la CEE ha fomentado esta situación de mayor impunidad que ya de por sí existía en la sociedad española desde la ley de 1985.

Obispo Thomas Olmsted vs. Cardenal Luís Martinez.

Estos nombres se corresponden a jerarcas de la Iglesia católica en la diócesis de Phoenix – Arizona (EE.UU.), y de Barcelona (España), respectivamente, que en un escaso intervalo de tiempo entre ambos casos, se han visto implicados en sendos procesos eclesiásticos, contra la monja Margaret McBride por un lado, y el sacerdote Manuel Pousa por otro, cuyo desenlace de los mismos es totalmente opuesto a causa de la esquizofrenia social que se ha fomentado desde la jerarquía del clero catalán por no aplicar el canon de excomunión y no abandonar los patronatos abortistas.

La primera historia se remonta a finales del 2009, una joven madre de 27 años ingresó a las 11 semanas de embarazo en el St. Joseph’s Hospital and Medical Center de Phoenix (Arizona, USA), y el 27 de noviembre le es asignada la interrupción voluntaria de embarazo (IVE) con pleno consentimiento y conocimiento de la religiosa mencionada, miembro del comité de ética asistencial de la institución, de la directora del hospital católico, Linda Hunt y de los profesionales de la salud implicados y que intervinieron en dicha operación. El Obispo Thomas Olmsted tras conocer de los hechos y estudiar la situación de las personas complicadas adoptó la mejor y más correcta decisión que según el derecho canónico le obligaba a excomulgar a quienes con conocimiento de causa consintieron en participar y cometer dicho crimen.

En cambio, el segundo ejemplo que tiene lugar en el Hospital de Santa Cruz y San Pablo (Barcelona, España) participado por la Iglesia del obispado dirigido por el Cardenal Luís Martínez, no se refiere solamente a provocar abortos de forma aislada y puntual sino que esta entidad ha formado parte durante años de la red hospitalaria que realiza regularmente este tipo de intervenciones, y no se ha pronunciado excomunión alguna en contravención de la legislación eclesiástica y tampoco ha trascendido que se haya privado de su habilitación profesional a ninguna de las personas complicadas en dichos actos criminales, hasta incluso han desoído desde la misma autoridad diocesana las continuas peticiones provenientes de muy diversos sectores de la Iglesia como la FIAMC – Federación Internacional de Asociaciones de Médicos Católicos, presidida por el Dr. José María Simón, y que les conminaron a retirarse de este patronato sanitario. Asimismo, y para entender el estado de la situación, también mediante la apertura de un expediente sancionador que se resolvió a primeros del 2011, el Arzobispo evitó la segura excomunión del sacerdote que hemos nombrado anteriormente y que ha sido acusado porque jóvenes madres recurrieron a él para sufragar los gastos que suponían sus IVEs y ante quienes no dudó en pagar con dinero de la Iglesia para que finalmente abortaran.

Desde la muerte del Cardenal Narciso Jubany, que presidió el Comité para la defensa de la vida de la Conferencia Episcopal Española, muchos catalanes, y especialmente barceloneses, nos sentimos huérfanos en nuestra propia tierra, porque hasta el presente nadie ha podido todavía sustituir el profundo vacío que nos dejó con su ausencia.

Para más información : La anestesia moral del Arzobispado de Barcelona. La cultura de la muerte en el ámbito religioso en Cataluña.

Continuación …

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