11 febrero 2013, 17:10

El Papa se va.

Con mucha pena y tristeza no es de extrañar con los tiempos que corren que veamos la decisión del Santo Padre de manifestar su deseo de retirarse en oración y reflexión, meditación y clausura voluntaria porque aunque de los problemas con los que ha tenido que lidiar se ha fortalecido en espíritu en cambio ha salido maltrecho en su estado de salud ya que los grandes disgustos en su vida durante siete años de pontificado le han pasado factura, y aunque ha mantenido el tipo hasta el último momento, por razones de fuerza mayor, es decir, cansancio físico y mental, se ha visto obligado a tomar esta dolorosa decisión, porque su deseo fuera continuar al frente de la cátedra de Pedro pero las fuerzas le abandonan.

En esta situación su entereza corporal no le acompaña ya que necesita afrontar muchos compromisos, viajes, catequesis, audiencias, y un largo etcétera de actividades que un buen estado de salud los harían llevaderos pero por motivos de vejez a sus 85 años por prudencia le han hecho tomar esta decisión. Según ha comunicado a día de hoy, la renuncia se hará efectiva a las 8 de la noche del 28 de febrero del 2013, hora vaticana.

Le apoyamos como así hicimos durante todo su pontificado, porque así lo hemos defendido, ya que en él veíamos a su misma santidad Juan Pablo II, el Magno. Pero, ahora la pregunta que sobreviene es ¿ quien le sucederá ?, nuestra apuesta por la continuidad, como así fue su papado, tiene una respuesta lógica, su camarlengo, el Secretario de Estado del Vaticano, el Cardenal Tarcisio Bertone, hacia quien guardamos el debido respeto y admiración como brazo derecho de Benedicto XVI durante muchos años de penurias y contratiempos.

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