El ocaso del apóstol

Papa Bergoglio, Su Santidad Francisco I(RV).- Francisco I centró su homilía de la misa de esta mañana en la Casa de Santa Marta, en varios profetas y discípulos del antiguo y nuevo testamento, destacando que ninguno de ellos se salvó de la angustia, pero el Señor no los abandonó.

Al inicio, comentando el Evangelio de hoy, el Santo Padre se inspiró en las lecturas del día para detenerse en el comienzo de la vida de los apóstoles a quienes tampoco les fue ahorrado su ocaso, dos extremos de la existencia del cristiano.

Moisés, es el valiente jefe del pueblo de Dios que al final está sólo sobre el Monte Nebo, mirando la tierra prometida, pero sin poder entrar en ella. Juan el Bautista, que en los últimos tiempos entre grandes angustias termina bajo el poder de un gobernante corrupto, adúltero e infiel; pero refiriéndose a Jesucristo, dice :  Es necesario que Él crezca, y yo disminuya. Pablo de Tarso, que en la primera lectura, habla de aquellos que lo han abandonado, de quienes le han causado daño ensañándose contra su predicación y contando que nadie le ayudó en el tribunal. También, diciendo : El Señor estuvo a mi lado, dándome fuerzas, para que el mensaje fuera proclamado. Pedro, que con la promesa que el hijo Dios le hace : Cuando serás viejo te llevarán a donde tú no querrás ir. Se refiere a que el apóstol es el que da la vida por el Señor hasta el final.

Me viene al corazón – dijo Su Santidad – el recuerdo de las casas de reposo de sacerdotes y monjas, envejecidos con el peso de la soledad, hogares de ancianos que son verdaderos santuarios de apostolicidad y santidad en la Iglesia. Invitando a los fieles a visitarlos, hará bien a todos nosotros – concluyó el Obispo de Roma – pensar en el ocaso del apóstol, y orar pidiendo al Señor que cuide de los que están en el último momento de su vida.

(RC – RV)

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