26 febrero 2008, 05:35

Elecciones españolas y Mensaje del Concilio Vaticano II a los gobernantes 
martes, 26 de febrero de 2008, 4:45:03 | FPC. 

Felipe Alvear Donoso de la Universidad Complutense de Madrid nos encamina este texto sobre las próximas elecciones españolas, esperando que sea de su interés. Para enviar su opinión, pueden dirigir sus comentarios a noticias de actualidad

Elecciones españolas. Las críticas del opositor Partido Popular al PSOE se han limitado principalmente al plano económico y no denuncian el principal destrozo de los socialistas, que es la transformación de la sociedad, en especial, de la familia, con lo cual se produce una profunda desfiguración moral de España … 

1. El 9 de marzo próximo se realizarán elecciones generales en España. Hasta el momento, los sondeos dan un estrecho margen de ventaja de un 3% al Partido Socialista Obrero Español (PSOE) sobre el Partido Popular (PP).

2. El PP y en particular su líder, Mariano Rajoy, han centrado el debate en el terreno económico, aprovechando indicadores que muestran el deterioro de la economía española después de 20 años de bonanza. En ese sentido, Rajoy no se cansa de criticar la "mala gestión económica" de Rodríguez Zapatero, pero lo hace con el tono de un candidato al consejo de administración de una empresa llamada España, discutiendo con el actual administrador de esa empresa.

3. Lo objetable no es que se aborden los temas económicos, porque sin duda son de fundamental importancia para el bolsillo de las personas y para futuro de la gran nación ibérica. Lo que se destaca aquí es que las críticas antisocialistas se están limitando principalmente a lo económico, en un plano meramente sanchopanzista, y no denuncian el principal destrozo de los socialistas que es la transformación de la sociedad, en especial, de la familia, lo cual conduce a una profunda desfiguración moral de España, …

4. En efecto, el PSOE va imponiendo en el plano legislativo la ampliación del aborto, el "casamiento homosexual" y el llamado divorcio exprés, y no consta que Rajoy y el PP estén levantando como bandera electoral una rectificación en estos aspectos. El gobierno socialista también está colocando obstáculos cada vez mayores para que los padres puedan decidir libremente el tipo de educación que desean para sus hijos, con el objetivo de limitar la educación religiosa. Es así que el principal partido de oposición, el Partido Popular (PP), está cayendo sin pena ni gloria en la armadilla socialista.

5. En defensa de la familia, contra el aborto y contra el llamado "casamiento" homosexual, en los últimos meses se han producido enormes manifestaciones públicas en Madrid y en otras ciudades españolas. Pero misteriosamente no han aparecido hasta el momento líderes políticos que enarbolen con decisión esas banderas de amplios sectores de la opinión pública española, que han quedado hasta el momento, al menos en esos puntos fundamentales y salvadas las honrosas excepciones, en la mayor orfandad política.

6. La jugada del PSOE arriba descrita es en cierto sentido similar a la de los gobiernos de Brasil, Chile, Uruguay, etc. Se trata de una estrategia de transformación social, cultural, mental y familiar de la población de los respectivos países, usando una relativa y discutible estabilidad económica como factor anestésico de las eventuales reacciones, mientras las naciones van siendo desfiguradas en el plano social, familiar y moral.

7. Sería osado tener la pretensión de abarcar en tan pocas líneas toda la compleja realidad electoral de un país importante como España y, más aún, la de analizar las causas que determinaron que se llegase a la actual encrucijada, algo que sin duda corresponde en primer lugar a los propios españoles. En esta ocasión se ha preferido abordar solamente algunos aspectos de la realidad española que, vistos desde el exterior, suscitan especial preocupación.

8. Falta menos de un mes para las elecciones generales en España. Pero aún es tiempo, para los adversarios políticos del PSOE, de levantar los necesarios debates sobre el presente y el futuro de España que puedan mostrar a la opinión pública de ese país hacia qué abismos los socialistas están empujando a España.

Destaque Internacional – Informes de Coyuntura – Año XI – No. 238 – San José de Costa Rica – 11 de febrero de 2008 – Responsable: Javier González.

A continuación algunas reflexiones sobre el Mensaje del Concilio Vaticano II a los gobernantes que nos ha enviado el historiador argentino Gustavo Carrére Cadirant y que se acompaña del correspondiente documento fechado a 8 de diciembre de 1965, y que ahora más que nunca cobra una importancia inusitada ante las próximas elecciones españolas.

Que interesante sería que nuestros actuales gobernantes, entendiendo por ello a las autoridades de los tres poderes, en los niveles nacional-provincial-municipal, leyeran y analizaran a la luz de la ética y de la moral, el "Mensaje del Concilio Vaticano II a los gobernantes" -cuyo documento adjunto al pie de la presente-, mensaje que si bien corto, es profundo y sustancial, y que a pesar de haber sido dado hace cuarenta años, hoy cobra vigencia en los vaivenes que sufre la Patria y que sufrimos en consecuencia nosotros los patriotas, sus hijos.

Se observa, con suma preocupación y dolor, una gran laxitud en las cosas verdaderamente importantes: abandonando las cosas más esenciales de la Ley, la Justicia, la Misericordia y la buena Fe; parecen no saber entender lo que el Señor espera de ellos. Unas veces descubrimos que es el ansia de aplauso, o el resentimiento, o la antipatía, o tal vez la sensualidad, o la rutina y la disipación. Como decían los padres conciliares: "No crucifiquéis de nuevo a Cristo".

Por ello les sugiero, queridos gobernantes, se pregunten si han cumplido y cumplen "la Santa Voluntad de Dios" …

Mensaje de Pablo VI a los gobernantes. Clausura del Concilio Vaticano II. Miércoles 8 de diciembre de 1965.

En este instante solemne, nosotros, los Padres del XXI Concilio Ecuménico de la Iglesia católica, a punto ya de dispersarnos después de cuatro años de plegarias y trabajos, con plena conciencia de nuestra misión hacia la humanidad, nos dirigimos, con deferencia y confianza, a aquellos que tienen en sus manos los destinos de los hombres sobre esta tierra, a todos los depositarios del poder temporal.

Lo proclamamos en alto: honramos vuestra autoridad y vuestra soberanía, respetamos vuestras funciones, reconocemos vuestras leyes justas, estimamos los que las hacen y a los que las aplican. Pero tenemos una palabra sacrosanta y deciros: sólo Dios es grande. Sólo Dios es el principio y el fin. Sólo Dios es la fuente de vuestra autoridad y el fundamento de vuestras leyes.

A vosotros corresponde ser sobre la tierra los promotores del orden y de la paz entre los hombres. Pero no lo olvidéis: es Dios, el Dios vivo y verdadero, el que es Padre de los hombres, y es Cristo, su Hijo eterno, quien ha venido a decírnoslo y a enseñarnos que todos somos hermanos. El es el gran artesano del orden y la paz sobre la tierra, porque es El quien conduce la historia humana y el único que puede inclinar los corazones a renunciar a las malas pasiones que engendran la guerra y la desgracia.

Es El quien bendice el pan de la humanidad, el que santifica su trabajo y su sufrimiento, el que le da gozos que vosotros no le podéis dar, y la reconforta en sus dolores, que vosotros no podéis consolar.

En vuestra ciudad terrestre y temporal construye su cuidado espiritual y eterno: su Iglesia. ¿Y qué pide ella de vosotros, esa Iglesia, después de casi dos mil años de vicisitudes de todas clases en sus relaciones con vosotros, las potencias de la tierra, qué os pide hoy?. Os lo dice en uno de los textos de mayor importancia de su Concilio; no os pide más que la libertad. La libertad de creer y de predicar su fe. La libertad de amar a su Dios y servirlo. La libertad de vivir y de llevar a los hombres su mensaje de vida. No le temáis: es la imagen de su Maestro, cuya acción misteriosa no usurpa vuestras prerrogativas, pero que salva todo lo humano de su fatal caducidad, lo transfigura, lo llena de esperanza, de verdad, de belleza.

Dejad que Cristo ejerza esa acción purificante sobre la sociedad. No lo crucifiquéis de nuevo; esto sería sacrilegio, porque es Hijo de Dios; sería un suicidio, porque es Hijo del hombre. Y a nosotros, sus humildes ministros, dejadnos extender por todas partes sin trabas la buena nueva del Evangelio de la paz, que hemos editado en este Concilio. Vuestros pueblos serán los primeros beneficiados porque la Iglesia forma para vosotros ciudadanos leales, amigos de la paz social y del progreso.

En este día solemne en que clausura su XXI Concilio Ecuménico, la Iglesia os ofrece por nuestra voz su amistad, sus servicios, sus energías espirituales y morales. Os dirige a vosotros, todos, un mensaje de saludo y de bendición. Acogedlo como ella os lo ofrece, con un corazón alegre y sincero, y transmitirlo a todos vuestros pueblos.

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