15 febrero 2012, 7:10

Un complot para matar al Papa : ¿ verdad o mentira ?

El primer aviso de un posible atentado contra Benedicto XVI se produjo hace escasas fechas, durante su último viaje apostólico a Alemania (22-25 septiembre 2011) en su visita a Erfurt y en las inmediaciones de la plaza de la Catedral, en la que los agentes de seguridad tuvieron que intervenir para desarmar de fusil y pistola neumática a un francotirador que efectuó al menos tres disparos contra la escolta papal.

Este suceso aislado es una consecuencia directa del clima de animadversión que se ha ido fomentando paulatinamente desde los medios de comunicación contra el Santo Padre, y que tuvo su máxima expresión en la campaña de desprestigio que inició el diario The New York Times a principios de 2010 en base a la denuncia interpuesta por el abogado Jeff Anderson contra el sumo pontífice y la santa sede en relación al caso Lawrence Murphy, querella judicial recientemente retirada al no existir suficiente base legal o pruebas que la sustenten para acusar de encubrimiento de abusos sexuales al Papa y la curia vaticana.

De forma continua ha sido orquestada tanto la difamación como la calumnia por parte de las agencias de información con el fin de socavar la integridad y moralidad de Su Santidad, y con este propósito la denuncia de SNAP ante la CPI en 2011, cuando en realidad el Vaticano no encubre casos judiciales sino que procesa a los culpables, como se desprende de los informes emitidos por la Congregación para la Doctrina de la Fe, máximo órgano responsable de enjuiciar e imponer duras penas canónicas.

El resultado de esta creciente oleada de tensiones ha desembocado en los últimos días en rumores vertidos en prensa sobre la posible existencia de un complot para asesinar al Papa, hasta el punto de informar que los supuestos artífices de esta trama criminal implica a personas cercanas al Santo Padre, noticia que en último extremo es un intento de culminar una espiral de violencia contra el sumo pontífice, que solamente ha hecho que crecer desde su llegada al Papado.

Benedicto XVI habiendo salido ileso de todas y cada una de las infundadas acusaciones de las que ha sido objeto, es ahora blanco perfecto de intrigas y complots que lo único que pretenden es sembrar la sombra de la duda y la sospecha sobre la curia romana, siendo que los verdaderos asesinos que lo han amenazado de muerte no se encuentran ni en su séquito papal o dentro de los muros de la ciudad del Vaticano sino entre aquellos que llevan inscrita la firma de Al-Qaeda.

Notas y textos.

Los escoltas de Benedicto XVI.
El diábolo de Erfurt y la guardia del Papa.
Sobre la denuncia de SNAP ante la CPI.
El Vaticano no encubre casos judiciales sino que procesa a los culpables.

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