El problema es no dejarse convertir a Cristo

(RV).- Es este en resumen el mensaje del Papa en su homilía de la misa que presidió esta mañana en la Casa de Santa Marta. Participaron en la celebración un grupo de empleados de los Museos Vaticanos. El centro de la homilía, estuvo en el Evangelio enque Jesús resucitado por tres veces pregunta a Pedro si lo ama. “Es un diálogo entre el Señor y su discípulo”, explicó el Santo Padre, que recorrió la historia de los encuentros entre ambos : desde aquel primer “Sígueme”, hasta darle el nombre nuevo : “Te llamarás Cefas, Piedra”. Luego, cuando Pedro le reconoce como al Cristo, e inmediatamente después dice no al camino de la cruz, cuando Jesús responde: “¡Aléjate, Satanás!” y “él acepta esta humillación”.

Cefas – afirmó el Papa – a menudo “se creía un valiente”, en el Getsemaní “toma la espada” para defender a Jesús, pero luego lo reniega tres veces, o cuando el Señor lo mira fijamente y entonces Pedro llora, porque en estos encuentros va madurando su alma y el corazón. Así cuando escucha la pregunta por tres veces : “Simón, hijo de Juan, ¿me quieres?”, se avergüenza, porque se acuerda cuando por tres veces había dicho no conocerlo.

El Señor hace sentir, a él y también a nosotros, que todos somos pecadores, pero el problema es no arrepentirse del pecado, no tener vergüenza de aquello que hemos hecho. Pedro tiene esta humildad, la alegría del perdón. Y el Hijo de Dios no abandona su promesa, y ahora le dice : “Apacienta mi rebaño”.

Una vez supe de un sacerdote, un buen párroco que trabajaba bien; nombrado obispo, él se avergonzaba porque no se sentía digno, tenía un tormento espiritual. Y fue a confesarse. El confesor lo escuchó y le dijo : Pero no te asustes. Si después de lo que hizo Pedro, lo han hecho Papa, tú sigue adelante. El Señor es así, nos hace madurar con tantos encuentros con Él, también con nuestras debilidades, cuando las reconocemos.

Pedro “se dejó moldear” y esto – afirmó el Papa – “nos sirve a todos nosotros, porque estamos en el mismo camino” – recalcó el Pontífice – no porque sea un valiente sino por tener un corazón noble, que lo lleva al llanto y dolor, para asumir posteriormente su labor de apacentar la grey.

Pidamos a Dios que este ejemplo de la vida de un hombre que se encuentra continuamente con el Señor que lo purifica, y lo hace más maduro con estos encuentros, nos ayude a ir adelante, buscando a Jesús y encontrándolo. Pero más importante que esto, es dejarnos convertir a Cristo porque : Él siempre nos busca, está cerca de nosotros. Pero tantas veces, miramos hacia otro lado. Encontrar al Señor, es lo más importante, es una gracia que Pedro nos enseña. Pidámosla hoy. Así sea.

(RC – RV)

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