Fe, esperanza y caridad para ser cristianos

(RV).- Que los cristianos difundan la sal de la fe, esperanza y caridad es la exhortación que Francisco I hizo esta mañana en la homilía de la Misa celebrada en la capilla de la Casa de Santa Marta. En esta ocasión concelebró el Obispo de Roma junto al Arzobispo de La Paz, Edmundo Abastoflor Montero, y participó un grupo de sacerdotes y colaboradores laicos de la Congregación para las Iglesias Orientales.

El Papa se detuvo a considerar en su homilía el sabor que los cristianos están llamados a dar a si mismos y los demás. La sal tiene sentido cuando da sabor porque conservada en un frasco, con la humedad, pierde fuerza y no sirve. La sal que nosotros hemos recibido es para darla, y ofrecerla. De lo contrario se vuelve insípida y no sirve. Y añadió cuando anunciamos la buena nueva con esta sal, quienes reciben el anuncio, lo hacen según su propia peculiaridad.

La originalidad cristiana no es una uniformidad. Toma a cada uno como es, con su personalidad, características y cultura, con los dones que el Señor le ha dado. Y esto significa, que para que esta sal no se arruine. Primero : hay que darla al servicio de las personas. Segundo : trascender hacia el Creador. Es decir, reafirmó el Obispo de Roma, hay que darla en predicación y tiene necesidad de trascendencia.

Esta es la sal que hemos recibido en el Bautismo, la Confirmación, y catequesis, con la oración o adoración al Señor y el anuncio del mensaje evangélico, que nos hace trascender de nosotros mismos a los otros. Pero si no hacemos esto, permanecerá en el frasco y nos convertiremos en cristianos de museo.

(María Fernanda Bernasconi – RV)

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