El cristiano debe vencer la tentación

(RV).- Fue esta la exhortación de Francisco en la Misa de esta mañana en la Casa de Santa Marta. El Santo Padre subrayó que habladurías y envidias hacen daño a la comunidad cristiana. Este sábado en la Misa, concelebrada con don Daniel Grech del Vicariato de Roma, participó un grupo de estudiantes de la Universidad Lateranense, guiados por el rector Mons. Enrico Dal Covolo; Kiko Argüello, Carmen Hernández y Mario Pezzi del Camino Neocatecumenal; Roberto Fontolan y Emilia Guarnieri de Comunión y Liberación.

“¿A ti que te importa?” el Papa Francisco desarrolló su homilía partiendo de esta pregunta dirigida por Jesús a Pedro que se había entrometido en la vida del discípulo Juan. Pedro “se desvió de camino” y sufrió la tentación de entrometerse. Francisco se detuvo a reflexionar sobre dos formas de intromisión. Sobre todo, el “compararse con los otros” por la que terminamos en amargura y envidia, que enmohece a la comunidad cristiana, y le “hace tanto mal”, que el “diablo quiere eso”. La segunda modalidad, agregó, son las habladurías. Se inicia con “modalidades educadas”, pero luego termina “despellejando al prójimo”. En vez de crecer, hace que el otro sea denigrado y te arruina el alma.

La habladuría es  destructiva, el espíritu de Caín que con la lengua trata de asesinar al hermano nos vuelve cristianos de buenas maneras y malos hábitos. Pero ¿cómo se presenta? observó el Obispo de Roma. Desinformamos : decir sólo la mitad que nos conviene. Segundo, la difamación : cuando una persona tiene un defecto, ha cometido un grave error, contarlo, y la reputación de esa persona está arruinada. Y la tercera, la calumnia : decir cosas que no son verdaderas. Las tres son pecados, es denigrar a Cristo en la persona de sus hijos y hermanos.

He aquí, constató el Papa, el por qué Jesucristo hace con nosotros como había hecho con Pedro cuando lo reprende. Verdaderamente el Señor nos “muestra el camino”. No se engañen, creyendo que la salvación está en la comparación con los otros.  Las habladurías no te harán bien, porque te llevarán a ese espíritu de destrucción en la Iglesia. La salvación es ir tras Jesús. Pidamos a Dios que nos dé esta gracia de vencer la tentación.

Durante la homilía el Papa Francisco recordó también un episodio de la vida de Santa Teresita que se preguntaba por qué Jesús daba tanto a unos y poco a otros. entonces la hermana mayor, tomó un dedal y un vaso, los llenó de agua y luego preguntó a Teresita cuál de los dos estaba más lleno. “Los dos están llenos”, respondió la futura Santa. Jesús, dijo el Papa, hace “así con nosotros”, “no le interesa si eres grande o pequeño” sino “si tú estás lleno del amor de Jesús”.

(RC – RV)

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