(RV).- Al recibir al Centro Italiano Femenino, Francisco I manifestó su interés de que se abran ulteriores espacios de presencia y actividades de las mujeres, tanto en el aspecto eclesial y civil, así como de las profesiones.
Si en el mundo del trabajo y en la esfera pública es importante la aportación más incisiva de la mujer – dijo – esta aportación sigue siendo imprescindible en el ámbito de la familia, cuya prosperidad es condición para la salud de la Iglesia y sociedad.
Por lo tanto, también su presencia en el ámbito doméstico se revela más necesaria para la transmisión a las generaciones futuras de la fe y los principios morales.
(María Fernanda Bernasconi – RV)