Ciudad del Vaticano, 13 febrero 2014 (VIS).- El Papa, recibiendo esta mañana a los obispos de la Conferencia Episcopal de Bulgaria en visita “ad limina”, ha hablado sobre la vitalidad de la fe católica en ese país atestiguada por una serie de acontecimientos en los últimos años. Entre ellos el Jubileo del 2010 del Exarcado Apostólico de los fieles de rito bizantino-eslavo para celebrar el 150 aniversario de la Unión con la Sede Apostólica de Roma, el congreso sobre la obra del arzobispo Angelo Giuseppe Roncalli, visitador y delegado apostólico en Bulgaria de 1925 a 1934, la conmemoración del 60 aniversario del martirio del beato obispo Eugenio Bossilkov, o en fecha más reciente, el Encuentro nacional de los católicos de Bulgaria, la Jornada nacional de los jóvenes y un congreso de estudios sobre el Concilio Vaticano II.
Esas iniciativas confirman que aunque las comunidades católicas pertenecientes tanto a la Iglesia latina como a la greco-católica sean una minoría en Bulgaria dan testimonio tanto de los valores morales naturales como del Evangelio de Cristo en una sociedad marcada por tantos vacíos espirituales dejados tras de sí por el régimen ateo o por la aceptación de modelos culturales en los que prevalece un cierto materialismo práctico.
Francisco I ha exhortado a los obispos a proseguir esa senda y a llevar a cabo, al mismo tiempo en su nación, la transformación misionera que la Iglesia está llamada a realizar en todo el mundo, porque todos somos discípulos misioneros, enviados por el Señor a evangelizar con espíritu, valorizando también la piedad popular. El punto de referencia de ese compromiso es la doctrina social de la Iglesia, cuyas prioridades son la inclusión social de los pobres y el compromiso por el bien común y la paz social. Para ese fin es muy importante que las instituciones civiles reconozcan el papel de la Santa Sede como autoridad espiritual y moral en el seno de la comunidad internacional, y valoren positivamente la presencia de la Iglesia Católica en el conjunto de la nación búlgara y la aportación que ofrece al servicio del progreso del país.
El sumo pontífice ha recordado la fidelidad a Cristo de la que los fieles búlgaros han dado testimonio en épocas dramáticas, así como el camino emprendido en las últimas décadas aprendiendo a tener fe en la acción del Señor en la historia. Asimismo, insta a los prelados a preocuparse por la formación de los jóvenes y sacerdotes, dado que los católicos en Bulgaria viven en estrecho contacto con las comunidades de la Iglesia ortodoxa, emplazando a proseguir sus esfuerzos por promover el diálogo con la esperanza de llegar a celebrar unidos el sacrificio eucarístico.
Por último, refiriéndose a la canonización, el próximo 27 de abril, de los beatos Juan XXIII y Juan Pablo II, a la que asistirán delegaciones de diversas diócesis y exarcados búlgaros, el Obispo de Roma ha afirmado : “Es un signo elocuente de cuanto ha significado en el alma y la vida de la comunidad católica búlgara el testimonio de Juan Pablo II, el primer Papa eslavo, y es también recuerdo del arzobispo Roncalli en los nueve años en que trabajó en Bulgaria como delegado apostólico, en un pueblo que en medio de las vicisitudes de la historia ha mantenido viva la llama de la fe en Cristo“.