Pidamos al Espíritu Santo un corazón capaz de amar

(RV).- Necesitamos un “corazón abierto”, que sea capaz de amar, señaló este martes por la mañana, el Papa Francisco en la misa que celebró en la Casa de Santa Marta. Poniendo en guardia contra la actitud de egoísmo, que como sucedió con Judas, lo lleva al aislamiento de su propia conciencia, y, finalmente, a traicionar a Jesús. En esta ocasión, concelebró con el Santo Padre el Arzobispo de Medellín, Ricardo Antonio Tobón Restrepo, y participó un grupo de empleados de los Museos Vaticanos, así como algunos alumnos del Pontificio Colegio Portugués.

Si de verdad queremos seguir a Jesús, debemos “vivir la vida como un don” para darla a los demás, hizo hincapié el Papa, que en su homilía, reflexionó sobre la contraposición entre el camino del amor y el egoísmo. Evocando la palabra que Jesús nos dice: “Nadie tiene un amor más grande que éste al dar su vida”, el Santo Padre destacó que la liturgia de hoy, nos muestra también a otra persona : Judas, que tenía precisamente la actitud contraria. Y ello – explicó el Papa Francisco – porque “nunca comprendió lo que es un don” :

“Pensemos en aquel momento de la Magdalena, cuando le lava los pies a Jesús con el nardo, tan caro : es un momento religioso, de gratitud y amor. Y Judas, se distancia y critica con amargura : “¡Pero … esto podría ser utilizado para los pobres!”. Ésta es la primera referencia, que yo he encontrado, en el Evangelio sobre la pobreza como ideología. El ideólogo no sabe qué es el amor, porque no sabe donarse”.

Judas estaba “aislado en su soledad”, y esta actitud suya fue creciendo “hasta traicionar a Jesús”, añadió el Papa Francisco, destacando luego que el que ama “da su vida como don”; mientras que el otro “crece en este egoísmo hasta volverse un traidor”. Sin embargo, el que “da su vida por amor, nunca está solo: siempre está en comunidad y familia”. Además, el que “aísla su conciencia egoista,” acaba “perdiéndola”, reiteró el Santo Padre, poniendo de relieve que así acabó Judas, que “era un idólatra, apegado al dinero” :

Y Juan lo dice : “era un ladrón”. Y esta idolatría lo llevó a aislarse de la comunidad de los demás : éste es el drama de la conciencia aislada. Cuando un cristiano comienza así, también se aísla del sentido comunitario de Iglesia, del amor que Jesús nos da. En cambio, el cristiano que da su vida, como dice Jesús, la encuentra en su plenitud. Y el que, como Judas, la quiere conservar para sí mismo, al final la pierde. Juan nos dice que “en ese momento, Satanás entró en el corazón de Judas”.

Jesús siempre se dona y nos impulsa a amar para dar un fruto que permanece, dijo el Papa Francisco, concluyendo su homilía exhortando a invocar al Espíritu Santo en estos días de espera de la fiesta de Pentecostés. Pidámosle esta gracia al Espíritu Santo : dame un corazón abierto, que sea capaz de amar con humildad y mansedumbre. Y que nos libre del camino de egoísmo, que mal siempre termina.

(CdM – RV)

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