La guerra es siempre una derrota para la humanidad

El Papa y la paloma de la pazCiudad del Vaticano, 7 de septiembre (VIS).- Cien mil personas han acudido a la Plaza de San Pedro respondiendo al llamamiento lanzado por el Papa en el Ángelus del pasado domingo cuando convocó para hoy, 7 de septiembre, una jornada de ayuno y oración por la paz en Siria, Oriente Medio y todo el mundo a la luz de las circunstancias dramáticas que atraviesa Siria.

Desde ese día han llovido las adhesiones a una iniciativa que ha sido aplaudida no sólo por los católicos sino por las otras confesiones cristianas, los pertenecientes a otras religiones, desde budistas a judíos y musulmanes o también aquellos que no pertenecen a Religión alguna.

Se han movilizado parroquias y asociaciones, Caritas Internationalis y la Comunidad de San Egidio, grupos de oración y órdenes religiosas como las Carmelitas descalzas de Tierra Santa; alcaldes y presidentes de autonomías regionales, organizaciones por la paz, sindicatos, etc … se ha adherido una larga lista de personalidades como el arquitecto italiano Renzo Piano, el presidente del Parlamento Europeo Martin Schulz o el Gran Mufti de Siria, lider espiritual de los sunís que esta tarde en Damasco ha invocado la paz en la mezquita de los Omeyas con los jefes religiosos de su nación. En las iglesias católicas de todo el mundo, desde Australia hasta Egipto, se ha elevado esta tarde una oración por la paz.

Ya desde esta mañana la Plaza estaba abarrotada de personas, entre ellas eran numerosas las que querían confesar esta tarde con alguno de los 50 sacerdotes instalados en el Brazo de Constantino y bajo las columnatas, Francisco I quería que en esta jornada estuvieran presentes los confesores porque “la verdadera paz nace del corazón del ser humano reconciliado con Dios y sus hermanos”. A las 18.30 h. se han vuelto a leer las palabras que el Santo Padre pronunció el pasado domingo como introducción de la Vigilia que ha comenzado a las 19 h. con el saludo del pontífice y el canto del “Veni Creator”, al que ha seguido la entronización de la imagen de la Virgen “Salus Populi Romani”, llevada por cuatro Guardias Suizos.

El sumo pontífice ha comenzado entonces el rezo del Rosario; cada misterio iba acompañado por la lectura de una poesía de Santa Teresita del Niño Jesús y al final se invocaba a María “Reina de la Paz, ruega por nosotros. Finalizado, el Obispo de Roma ha pronunciado la homilía.

Al final de la meditación, se ha guardado silencio mientras se preparaba el altar para la exposición del Santísimo. Durante la adoración se ha leído una lectura bíblica sobre el tema de la paz, seguida de la oración de varios Papas sobre ese mismo argumento, y de una invocación responsorial para pedirla. Después de cada uno de estos momentos, cinco parejas de personas (en representación de Siria, Egipto, Tierra Santa, Estados Unidos y Rusia) ofrecían incienso en el incensario a la derecha del altar. La oferta iba acompañada de una serie de invocaciones cuyo tema común era la paz,

A la adoración han seguido las lecturas, “en la forma más larga prevista para una celebración de vigilia”; se ha leído el capítulo 20 del Evangelio de San Juan. Después, alrededor de las 22.15 h. ha habido hasta las 22.40 h. un tiempo prolongado de silencio para la oración personal.

La ceremonia, verdadera y propia, ha concluido con la bendición eucarística que Su Santidad ha impartido a los presentes. Y el Vicario de Cristo ha escrito a los 9 millones de personas que siguen su cuenta de twitter : “Rezad por la paz”.

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