El Papa recibe al Sínodo de la Iglesia Armenio-Católica

Ciudad del Vaticano, 9 de abril 2015 (VIS).– El Papa ha recibido esta mañana a veinte obispos del Sínodo de la Iglesia Armenio-Católica que participarán el próximo domingo en la Santa Misa que se celebrará para los fieles de rito armenio en la basílica de San Pedro y durante la cual proclamará a san Gregorio de Narek, Doctor de la Iglesia.

En el discurso dirigido a los obispos, el Santo Padre recordó que el domingo todos juntos elevarán la oración del sufragio cristiano por quienes fueron víctimizados hace cien años, e invocarán la Divina Misericordia para que nos ayude en verdad y justicia, a curar todas las heridas infligidas a la reconciliación y paz entre las naciones, que aún no llegan a un consenso razonable en la lectura de tales tristes acontecimientos.

Francisco I saludó a través de los prelados a todo el clero y los fieles laicos de la Iglesia armenia católica, tanto a los que han acudido estos días a Roma como a aquellos que viven en los países de la diáspora, como los Estados Unidos, América Latina, Europa, Rusia, Ucrania, entre otros. Pienso con tristeza en particular en aquellas zonas, como la de Alepo en Siria, que hace cien años fueron puerto seguro para los pocos supervivientes, pero que en los últimos tiempos, han visto en peligro la permanencia de los cristianos, no sólo armenios.

Vuestro pueblo, reconocido por la tradición como el primero en convertirse al cristianismo en el año 301, tiene una historia bimilenaria y conserva un patrimonio admirable de espiritualidad y cultura, junto con la capacidad de levantarse tras las muchas persecuciones y las pruebas a las que se ha visto sometido – señaló el sumo pontífice -. Os invito a cultivar siempre un sentimiento de gratitud al Señor, por haber sido capaces de manteneros fieles a Él, incluso en los momentos más difíciles. También es importante pedir a Dios el don de la sabiduría : la conmemoración de las víctimas de hace cien años, nos pone, de hecho, ante las tinieblas del “mysterium iniquitatis”.

Como dice el Evangelio – observó el Obispo de Roma – desde lo más profundo del corazón pueden desencadenarse las fuerzas más oscuras, capaces de llegar a programar sistemáticamente la aniquilación del prójimo, a considerarlo un enemigo o adversario, e incluso un individuo privado de la misma dignidad humana. Pero para los creyentes la cuestión del mal llevado a cabo por el ser humano marca también el misterio de la pasión y muerte de no pocos fieles de la nación armenia que fueron capaces de pronunciar el nombre de Cristo hasta el derramamiento de su sangre o en el exilio por inanición en el éxodo sin fin al que se vieron obligados y sometidos.

Las dolorosas páginas de esta historia del pueblo armenio nos recuerdan el pasado, pero su testimonio de fe y caridad nos ayuda en el presente a mirar hacia el futuro con esperanza. De este modo, os animo – ha dicho – a apoyar el proceso de formación permanente de los sacerdotes y personas consagradas, la comunión entre ellos y vosotros, con el fin de fortalecer la fraternidad ejemplar que se refleja en vuestro Sínodo y Patriarca.

Finalmente, Su Santidad manifestó su gratitud invocando su bendición hacia aquellos que se habían esforzado para aliviar de alguna manera el drama de sus antepasados, y citó en particular a Benedicto XV, quien intervino con el sultán Mehmed V para detener las masacres de armenios, estableciendo la Congregación para las Iglesias Orientales y el Pontificio Instituto Oriental, e inscribiendo en 1920 a San Efrén el Sirio entre los Doctores de la Iglesia Universal, un gesto que comparte Francisco I en la actualidad elevando a la figura de San Gregorio de Narek a la misma categoría.

papamovil-en-la-plaza-de-san-pedro.png santo-padre-francisco-orando.png juan-pablo-ii.jpg genoma-humano.jpg basilica-san-pedro-vaticano.png san-cayetano.png oscar-romero.png


Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos necesarios están marcados *