El Secretario de Estado del Vaticano en la UNESCO

Ciudad del Vaticano, 3 de junio de 2015 (VIS).- El cardenal Pietro Parolin, Secretario de Estado del Vaticano, ha intervenido esta mañana en el Foro : ”Educar hoy y mañana”; organizado por la Misión del Observador Permanente de la Santa Sede en la UNESCO – Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (en inglés United Nations Educational, Scientific and Cultural Organization), junto con la Congregación para la Educación Católica, con el fin de celebrar el 70 aniversario de la fundación de ese organismo de las Naciones Unidas, el cincuenta aniversario de la Declaración Conciliar “Gravissimum educationis”, y el vigésimoquinto de la Constitución Apostólica “Ex corde Ecclesiae”.

En su discurso, ha presentado un panorama de la historia del servicio educativo de la Iglesia católica desde sus orígenes, recordando que en la base de la pedagogía está la antropología bíblica en la que aparece, ya desde el Génesis, la relación de reciprocidad entre el ser humano y Dios. Asimismo, ha subrayado la importancia atribuida a ese tema en el Concilio Vaticano II, en el que se propuso una educación integral y completa, encaminada a construir las bases preliminares de una cultura de la paz. También, se ha detenido en los retos y perspectivas educativas actuales, como la extremada fragmentación del saber y la incomunicabilidad preocupante entre diversos sectores disciplinarios, reafirmando la necesidad de contraponer la concepción de la persona humana frente a su explotación, reiterando la urgencia de una formación para el diálogo en la construcción de un mundo mejor.

La cultura y educación, además de ser medios eficaces para la evangelización, son dimensiones humanas con un alto valor intrínseco, así que la inversión en estos ámbitos en favor de las futuras generaciones es una condición para el desarrollo de los pueblos, y muy especialmente el de aquellos que se esfuerzan por escapar del hambre, miseria, enfermedades endémicas, e ignorancia, buscando una participación más activa en el progreso de la civilización, y una más activa apreciación de sus peculiaridades, tal y como afirmaba Pablo VI en la encíclica “Populorum progressio”.

Los esfuerzos para un mayor acceso a la alfabetización, y la instrucción permanente de todos sin excluir a nadie, son los pilares que consolidan todavía más el compromiso fundamental en favor de las minorías étnicas y religiosas, así como en apoyo o ayuda de aquellos más desfavorecidos, colocando en el centro de la misión la prioridad y urgencia de la formación educativa.

La reciente crisis financiera mundial ha generado una ausencia de sentido y por tanto una apatía social, con una pérdida de orientación hacia el bien común que sofoca las relaciones interpersonales. En definitiva, vivimos en un tiempo lleno de inestabilidad ante la intensificación de sentimientos de oposición y odio, frente a los cuales hay que comenzar a valorar la contribución que cada uno puede ofrecer, proponiendo un acercamiento entre los individuos, comunidades y pueblos en cuanto a la responsabilidad compartida, como dijo Juan Pablo II, siendo capaces de remover desde sus cimientos los sistemas que estructuran el conjunto de la humanidad para liberarla de forma individual y colectiva, de las amenazas que pesan sobre ella, desarrollando tanto la esfera de los valores materiales como espirituales, junto al respeto de los derechos inalienables de las personas como fundamento de la sociedad.

familias-en-el-vaticano.png federico-lombardi.png benedicto-xvi.jpg sinodo.png internet-vaticano.jpg mujer-orando.jpg estado-del-vaticano.jpg


Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos necesarios están marcados *