Defender la persona humana, especialmente los niños

(RV).- Palabras del Papa en el Regina Coeli.

En este momento de profunda comunión en Cristo, sentimos viva en medio de nosotros la presencia espiritual de la Virgen María. Una presencia materna, familiar, especialmente para ustedes que forman parte de las Cofradías. El amor a la Virgen es una de las características de la piedad popular, que pide ser valorizada y bien orientada. Por esto, los invito a meditar el último capítulo de la Constitución del Concilio Vaticano II sobre la Iglesia, la Lumen Gentium que habla justamente de María en el misterio de Cristo y de la Iglesia. Allí se dice que María «avanzó en la peregrinación de la fe”» (n. 58). Queridos amigos, en el Año de la fe les dejo este icono de María peregrina, que sigue al Hijo Jesús y nos precede a todos nosotros en el camino de la fe.

Hoy las Iglesias de Oriente que siguen el Calendario Juliano celebran la fiesta de la Pascua. Deseo enviar a estos hermanos y hermanas un especial saludo, uniéndome de todo corazón a ellos proclamando el gozoso anuncio: ¡Cristo ha resucitado! Recogidos en oración alrededor de María, pedimos a Dios el don del Espíritu Santo, el Paráclito, para que consolide y conforte a todos los cristianos, especialmente aquellos que celebran la Pascua en medio de pruebas y sufrimientos, y los guíe en el camino de la reconciliación y la paz.

Ayer en Brasil ha sido proclamada Beata Francisca de Paula de Jesús, conocida como «Nhá Chica». Su vida simple fue toda dedicada a Dios y a la caridad, de hecho la llamaban «madre de los pobres». Me uno a la alegría de la Iglesia en Brasil por esta luminosa discípula del Señor.

Saludo con afecto a todas las Cofradías presentes, venidas de muchos países. Gracias por su testimonio de fe. Saludo también los grupos parroquiales y las familias, como asimismo el gran desfile de varias bandas musicales y asociaciones de los Schützen provenientes de Alemania.

Hoy dirijo un saludo especial a la Asociación “Meter”, en la Jornada de los niños víctimas de la violencia. Y esto me da la ocasión para dirigir mi pensamiento a cuantos han sufrido y sufren a causa de los abusos. Quisiera asegurarles que están presentes en mi oración, pero quisiera también decir con fuerza que todos tenemos que comprometernos con claridad y coraje para que cada persona humana, especialmente los niños, que están entre las categorías más vulnerables, sea siempre defendida y tutelada. Animo también a los enfermos de hipertensión pulmonar y a sus familiares.

(Traducción : Claudia Alberto y Cecilia de Malak)

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