En el nombre de Jesús

2013-04-06 L’Osservatore Romano.

Precisamente en el nombre de Jesús el Papa Francisco centró la reflexión del 5 de abril por la mañana, viernes de la octava de Pascua, en la misa que celebró en la capilla de la Domus Sanctae Marthae, con la participación de los sediarios pontificios y los responsables, empleados y religiosos de San Juan de Dios que trabajan en la Farmacia vaticana.

El Pontífice partió de la primera lectura, tomada de los Hechos de los Apóstoles (4, 1-12), para reflexionar sobre el valor y el significado del nombre de Jesús. El pasaje propone el episodio de Pedro y Juan que, arrestados por predicar al pueblo la resurrección del Cristo, fueron llevados ante el Sanedrín. Al preguntarles porqué curaron al hombre tullido junto a la puerta del Templo, Pedro responde: «Ha sido en el Nombre de Jesucristo Nazareno». En el nombre de Jesús, repitió el Papa, y agregó: «Él es el Salvador. Cuando uno dice Jesús, es precisamente Él, es decir, el que hace milagros».

También en el Evangelio de san Juan, agregó el Papa, los apóstoles un poco fuera de sí «porque no habían pescado nada durante toda la noche, cuando el Señor les preguntó si tenían algo para comer», respondieron que no de un modo un poco brusco. Pero «cuando el Señor les dice “echad la red a la derecha de la barca y encontraréis”, tal vez pensaron en la ocasión que el Señor había dicho a Pedro de ir a pescar y él respondió: “No hemos pescado nada en toda la noche, pero en tu nombre echaré las redes”».

Retomando los Hechos de los Apóstoles, el Papa Francisco explicó que «Pedro revela una verdad cuando dice: “lo hicimos en el nombre de Jesús”» porque él responde inspirado por el Espíritu Santo. En efecto, nosotros, prosiguió, «no podemos confesar a Jesús sin el Espíritu Santo». Es precisamente quien «nos impulsa a confiar en Jesús». Y es justamente Jesús quien está a nuestro lado «en el camino de nuestra vida, siempre».

El Pontífice contó luego una experiencia personal, vinculada al recuerdo de un hombre, padre de ocho hijos, que trabaja desde hace treinta años en el arzobispado de Buenos Aires. «Antes de salir, antes de ir hacer, susurraba siempre para sí: “¡Jesús!”. En una ocasión le pregunté: “¿Por qué dices siempre Jesús?”. “Cuando lo digo, me respondió este hombre humilde, me siento fuerte, que puedo trabajar, porque yo sé que Él está a mi lado, me protege”». Sin embargo, subrayó el Papa, este hombre «no ha estudiado teología: tiene sólo la gracia del bautismo y la fuerza del Espíritu». Y «su testimonio —confesó el Papa Francisco— me ha hecho mucho bien a mí. El nombre de Jesús, nos hará bien a todos nosotros», que vivimos en un «mundo que nos ofrece tantos “salvadores”». A menudo «cuando hay problemas —advirtió— los hombres no confían en Jesús, sino en otras realidades», recurriendo tal vez a sedicentes magos «para que resuelvan las situaciones», o bien «van a consultar el tarot» para saber o comprender qué hacer. Pero no es recurriendo a estos donde se encuentra la salvación sino «en el nombre de Jesús. Y debemos dar testimonio de esto. Él es el único salvador».

Luego hizo referencia al papel de María que nos lleva siempre a Jesús porque invocando a la Virgen, Ella hará lo que hizo en Caná: “Haced lo que Él os diga”», nos conduce siempre a Jesús. Es la primera en obrar en su nombre. Finalmente, el Papa concluyó expresando el deseo de querer que en este día de la Resurrección del Señor, confíemos y recemos a Jesús.

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