El nuevo mandamiento de la ley de Dios

(RV).- A mediodía, desde la ventana del estudio del Palacio Apostólico, el Papa rezó la oración mariana del Regina Coeli, que sustituye a la del Ángelus en el tiempo pascual, con los miles de fieles de diversos países que se habían dado cita en la Plaza de San Pedro, esperando escuchar sus palabras y recibir la bendición apostólica.

El Santo Padre recordó que el Evangelio de hoy corresponde a los versículos de San Juan, que nos conducen al Cenáculo, donde escuchamos el mandamiento nuevo de Jesús: “Ámense los unos a los otros, como yo los he amado”. Y pensando en el sacrificio de la cruz ya inminente, añade: “No hay amor más grande que dar la vida por los amigos”.

Francisco I afirmó que estas palabras, pronunciadas durante la última Cena, resumen no sólo el mensaje sino todo lo que ha hecho el Señor, es decir, entregarse para salvarnos a pesar de que no lo habían comprendido, de que llegaron a abandonarlo, traicionarlo o renegarlo.

Y añadió que de este modo, Cristo nos muestra el camino para seguirlo, no solamente con un simple precepto, sino también viviendo con su ejemplo lo realizado por Él hacia el prójimo, adultos y niños, cultos e ignorantes, ricos o pobres, justos y pecadores, acogidos todos ellos por el hijo de Dios.

Por tanto, las Sagradas Escrituras así como el Obispo de Roma nos dicen que en esto reside la fe cristiana, que se traduce en gestos de cercanía a un anciano, menor, o enfermo, a una persona con dificultades, sin casa, trabajo, inmigrada o refugiada.

Por último, el sumo pontífice ha invocado a la Virgen María, para que en la vida cotidiana de cada uno de nosotros estemos siempre unidos al redentor. Y después de orar ha dirigido sus saludos a todos los grupos de peregrinos presentes, recordando el día de la madre que se celebra este domingo en diferentes partes del mundo.

(MFB y GM – RV)

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