No robes el alimento de la mesa del pobre hambriento

(RV).- Inspirado en el Evangelio de la solemnidad de Corpus, en el que Jesús da de comer a la multitud con cinco panes y dos peces, y al final les pide a los discípulos que nada del alimento sobrante se desperdicie, el Obispo de Roma, afirmó que la Jornada Mundial del Medio Ambiente, “invita a contrarrestar el desperdicio de alimentos y a mejorar su distribución en el mundo”.

El Papa dijo que el egoísmo y la cultura del descarte han conducido a desechar a las personas más débiles y necesitadas, y en este marco expresó también que “en muchas partes del mundo, no obstante el hambre y la desnutrición existentes, se desechan los alimentos”. Dijo que “cuando la comida se comparte de modo justo, nadie carece de lo necesario”, y que los alimentos que se tiran a la basura son alimentos que se roban de la mesa del pobre, del que tiene hambre.

Francisco I invitó finalmente a todos a respetar y cuidar la creación, a prestar atención a toda persona, contrarrestar la cultura del desecho para promover una cultura de la solidaridad y del encuentro.

jesuita Guillermo Ortiz y Cecilia Avolio – RV

Texto completo de la catequesis del Papa.

Queridos hermanos y hermanas : ¡Buenos días!

Hoy quiero centrarme en el tema del medio ambiente, como ya he tenido ocasión de hacerlo en varias ocasiones. Me lo sugiere el Día Mundial del Medio Ambiente que celebramos hoy, patrocinado por las Naciones Unidas, que lanza un fuerte llamamiento a de la necesidad de eliminar los desperdicios y la destrucción de los alimentos.

Cuando hablamos de medio ambiente, de la creación, mi pensamiento se dirige a las primeras páginas de la Biblia, al Libro del Génesis, donde se afirma que Dios puso al hombre y a la mujer en la tierra para que la cultivaran y la cuidaran (cf. 2:15). Y me pregunto: ¿Qué significa cultivar y cuidar la tierra? ¿Realmente estamos cultivando y resguardando lo creado?, ¿o lo estamos explotando y descuidando? El verbo “cultivar” me recuerda la atención que el agricultor tiene por su tierra, para que dé frutos, y éstos sean compartidos: ¡cuánta atención, pasión y dedicación! Cultivar y cuidar la creación es una indicación de Dios dada no sólo al principio de la historia, sino a cada uno de nosotros; es parte de su proyecto; significa hacer crecer el mundo con responsabilidad, transformarlo para que sea un jardín, un lugar habitable para todos. Y Benedicto XVI ha recordado en varias ocasiones que esta tarea, confiada a nosotros por Dios Creador, requiere que se capte el ritmo y la lógica de la creación. Nosotros, en cambio, a menudo llevados por la soberbia del dominio, del poseer, de manipular, y explotar; no “custodiamos la creación”, ni la respetamos, no la consideramos como un don gratuito que debemos cuidar. Estamos perdiendo la actitud de la admiración, contemplación, escucha de la creación; y por lo tanto ya no somos capaces de leer lo que Benedicto XVI llama “el ritmo de la historia de amor entre Dios y el hombre.” ¿Por qué sucede esto? Porque pensamos y vivimos de una manera horizontal, nos hemos alejado de Dios, no leemos sus signos.

Pero “cultivar y cuidar” incluye no sólo la relación entre nosotros y el medio ambiente, entre el hombre y la creación, sino que comprende también las relaciones humanas. Los Papas han hablado de ecología humana, estrechamente vinculado a la ambiental. Estamos viviendo un momento de crisis; lo vemos en el ambiente, pero sobre todo en el hombre. La persona humana hoy está en peligro, esto es cierto. ¡He aquí la urgencia de la ecología humana! Y el peligro es grave porque la causa del problema no es superficial, sino profunda: no es sólo una cuestión de economía, sino de ética y antropología. La Iglesia lo ha subrayado tantas veces. Y muchos dicen: sí es justo, es verdad … pero el sistema sigue como antes, porque los que dominan son las dinámicas de una economía y finanza que carecen de ética. El que manda hoy no es el hombre, es el dinero.

El dinero manda. Dios, nuestro Padre ha dado la tarea de custodiar la tierra, no el dinero, custodiarnos, los unos a otros. Tenemos este deber. Pero, hombres y mujeres son sacrificados a los ídolos de la ganancia y del consumo. La pobreza, las necesidades y los dramas de personas en tantas partes del mundo, como los niños que no tienen qué comer, eso parece normal. ¡Esto no puede ser! Que algunas personas sin techo se mueran de frío en la calle, no es noticia. Por el contrario, si lo es una bajada de diez puntos en las bolsas. De este modo, nosotros las personas somos descartables, como desechos.

Esta “cultura del descarte” tiende a convertirse en mentalidad común, que contagia a todos. La vida humana, la persona ya no se perciben como un valor primordial que ha de ser respetado y protegido, especialmente si son pobres o discapacitados, como el niño que está por nacer, o ya no es necesario como los ancianos. Esta cultura del desecho nos ha hecho insensibles incluso a los desperdicios, residuos de los alimentos, que es aún más despreciable, cuando en todo el mundo, por desgracia, muchas personas y familias sufren hambre y desnutrición.

En el pasado, nuestros abuelos eran muy cuidadosos de no tirar nada de los restos de comida. El consumismo nos ha habituado tanto a lo superfluo y al desperdicio de la comida diaria, que a veces ya no somos capaces de dar el justo valor, que va mucho más allá de los simples parámetros económicos. ¡Recordemos bien, sin embargo, que la comida que se tira es como si fuera robada de la mesa de los pobres y los hambrientos! Invito a todos a reflexionar sobre el problema del desperdicio y del derroche de los alimentos y buscar los medios que, abordando seriamente esta problemática, sean un vehículo de solidaridad y compartir con los más necesitados.

Hace unos días, en la fiesta del Corpus Christi, hemos leído la historia del milagro de Jesús de dar de comer a la multitud con cinco panes y dos peces. Y la conclusión del pasaje es importante: ” Todos comieron hasta saciarse y con lo que sobró se llenaron doce canastas”. (Lc 9:17) ¡Jesús pide a sus discípulos que no se pierda nada: que no haya desperdicios! Y hay este hecho de las doce cestas: ¿Por qué doce? ¿Qué quiere decir esto? Doce es el número de las tribus de Israel, simbólicamente representa a todo el pueblo. Y esto nos explica que cuando la comida se comparte de manera justa, solidaria, no se priva a nadie de lo necesario, cada comunidad puede satisfacer las necesidades de los más pobres. La ecología humana y ambiental caminan juntas. Quisiera, pues, que tomásemos todos el serio compromiso de respetar y proteger la creación, de estar atentos con todas las personas, de contrarrestar la cultura de los desperdicios y el descarte.  ¡Gracias!

(Traducción de Eduardo Rubió)

Saludos del Santo Padre.

Saludo a los peregrinos de lengua española, en particular a los grupos provenientes de España, Colombia, Uruguay, Argentina, México y los demás países latinoamericanos. Invito a todos a cuidar la creación, a prestar atención y cuidado a toda persona, a oponerse a la cultura del descarte y el desecho para promover una cultura de la solidaridad y del encuentro. Muchas gracias.

Sostened con oración, benevolencia y buen consejo a los sacerdotes.

Ciudad del Vaticano, 5 junio 2013 (VIS).- Después de la catequesis, en los saludos en diversos idiomas a los peregrinos, el Papa ha dado la bienvenida a los peregrinos de lengua francesa procedentes de las Antillas, Islas Mauricio y Costa de Marfil, ha aprovechado esa ocasión para recordar la presencia de un grupo de imanes de Francia comprometidos en el diálogo interreligioso, invitando a todos, como ya había hecho en la audiencia a cuidar de la creación y los seres humanos.

Asimismo ha saludado a los seminaristas y sacerdotes apenas ordenados de Polonia pidiéndoles que dieran gracias a Cristo por el don de su vocación y que la cultivasen “en la luz y la potencia del Espíritu Santo para ser siempre celosos ministros y verdaderos guías en los caminos de la santidad”. A continuación ha invitado a todos los polacos a dar gracias a Dios por sus sacerdotes y a “sostenerlos con oración, benevolencia y buen consejo”.

santo-padre-francisco-orando.png alfa-y-omega.jpg papa-audiencia.jpg san-cayetano.png nuclear-no.gif misa-solemne-en-la-apertura-del-año-de-la-fe.jpg estado-del-vaticano.jpg


Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos necesarios están marcados *