No hay amor más grande que dar la vida por un amigo

(RV).- Francisco I concelebró esta mañana la Misa del martes en la Casa de Santa Marta con el cardenal Giuseppe Versaldi, participó un grupo de colaboradores de la Prefectura de los Asuntos económicos de la Santa Sede y algunos empleados de los Museos Vaticanos.

En su homilía, el Santo Padre planteó la liturgia de estos días, que nos propone justamente la actualización de las leyes de Dios, desde el Monte Sinaí al de las Bienaventuranzas. Y subrayó que en el fondo nosotros mismos podemos convertirnos en enemigos, como los publicanos y paganos que no son cristianos.

Jesús, explicó el Santo Padre, nos pide ante todo alabar a Dios. Y luego, continuó, ser perfectos como el Padre Celestial. Para ello, hay que orar, afirmó el Papa, y el Señor vendrá para guarecer nuestros corazones. Rezar es lo que nos aconseja Cristo, este es el buen camino, en cambio, las maldades empobrecen a las personas o la humanidad, y también es verdad, recalcó el Papa, que el amor por los enemigos nos empobrece, pero este, es el misterio por el que Jesús se ha convertido en gracia de salvación.

Nosotros pensemos en el sacrificio de Jesús, aquel por el cual no hay amor más grande que el dar la vida por un amigo, como el Señor nos enseña.

(RC – RV)

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