El valor de la honradez en la vida cristiana

(RV).- Esta mañana, durante la misa celebrada en la Capilla de la Casa de Santa Marta, el Papa basándose en la parábola del administrador deshonesto habló del espíritu del mundo y de lo peligroso que es.

Mientras, Cristo reza al Padre para que sus discípulos no caigan en la tentación de la mundanidad, observó en cuanto a sus enemigos, que verdaderamente debemos pensar primero en el diablo, porque es precisamente quien hace el mal, y después en quienes son tentados por el maligno, que viven con los valores del mundo, haciendo referencia a los administradores de gobiernos, empresas públicas y privadas.

El sumo pontífice ha recordado así la astucia mundana de los deshonestos como un pecado por hábito que no viene de Dios, tal vez educado en colegios costosos, ambientes cultos, y por los que acaban perdiendo su dignidad, porque el soborno se vuelve una dependencia y les corrompe el alma.

Y a esto se refiere Jesús cuando nos invita a ser sencillos y honestos, dos dimensiones – subrayó – que son una gracia del espíritu santo, un don que debemos pedir. Y concluyó con una oración rezando por los niños y jóvenes, para que Dios proteja su dignidad de aquellos progenitores que se ganan la vida con los sobornos y la corrupción.

(María Fernanda Bernasconi – RV)

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